pamplona - De los casi 400 jugadores que militan en el grupo navarro de Tercera, 14 son padres. Una circunstancia de la vida que en muchas ocasiones afecta al rendimiento deportivo, pero que ellos llevan adelante con ilusión, sacrificio y, como insisten, con el apoyo de sus parejas.

Eztieder Jakoisti (Mutilvera)

“Hubo un mes que no dormí”

Eztieder Jakoisti ya tiene tres años de experiencia como padre. Irati cumplirá cuatro años en septiembre. Para entonces ya tendrá un hermano, porque en julio Eztieder será padre de un niño. “Irati tiene tres años y en casa siempre estoy con ella, pintando, jugando o haciendo lo que le gusta. El peor mes fue cuando era pequeña, que tuvo cólicos y toda la noche estaba con ella, paseándola. A las cinco la dejaba y a las seis me iba a trabajar. Yo sólo dormía en la siesta, que intentaba descansar tres horas. En lo deportivo se notaba. Fue bastante duro ese mes”, comenta. Ahora ya lo lleva de otra manera. “De la misma forma que ir a entrenar sirve para desconectar del trabajo, también desconectas de todo”. Irati tiene su camiseta de la Mutilvera: “En los partidos suele venir a verme. Bueno, en realidad lo que hace es jugar con Candela, la hija de Dani Ederra, y suelen estar en los columpios más que viendo el partido”, admite. Guarda foto con ella “en la fase de ascenso y con la copa de campeones de Tercera”.

Íñigo Calvo (Peña Sport)

“Su primer mes se notó en el rendimiento”

En la Peña Sport sólo es padre Íñigo Calvo. Claudia tiene siete meses y ya ha entrado un par de veces al vestuario. “Cuando nació, los pequeños siguen sus horarios y la falta de sueño sí que se notó en el rendimiento deportivo. Después, por suerte, ha ido cogiendo bien el hábito del sueño”. Aprovecha los días que no entrena para estar con ella. “Cuando voy a entrenar, no la veo, porque cuando vuelvo ya está dormida. Así que los días que tengo fiesta disfruto de ella. Ahora la prioridad es la niña y deja lo demás en un segundo plano. Y eso que todo va bien, porque bastante difícil es ser padre primerizo, como para que surjan más cosas. Tengo que agradecer a mi mujer, Sandra, porque ella está pendiente de la niña todo el día y a mí me permite, además de trabajar, seguir jugando y ahora hacer un curso de Entrenador de porteros. Tanto ella como las abuelas son importantes”. Ahora que ve que su etapa como portero se está acabando, valora las fotos con su pequeña. “Me haría ilusión que se acordara de que su padre fue portero”. El tema niños no es habitual en el vestuario. “En la furgoneta se ponen atrás los que hablan de Indara, Subsuelo... y yo me pongo delante con los entrenadores (Igotz Garde, Carlos Garde o Mikel Merlo). Con ellos sí que suele salir el tema”.

Miguel Erice (Beti Kozkor)

“Volví al fútbol cuando ya crecieron”

En el Beti Kozkor hay dos padres: Miguel Erice, padre de Markel, de 9 años, y de Unai, de 7, y Jonathan Weiler, padre de una niña, Lara, de un año. Miguel Erice volvió a ponerse las botas hace dos años y medio. “Cuando nació Markel dejé de jugar a fútbol y lo retomé hace dos años y medio. Cuando eran pequeños entendía que había trabajo en casa y tenía que estar. Hace dos años volví a entrenar por hacer deporte, ya que mi hermano jugaba allí, y acabaron haciéndome ficha. Ahora es más fácil de llevar el tema. Tengo el apoyo de mi pareja, Amaia, que sin ella no sería posible, y la facilidad del trabajo, porque trabajo de mañana y llego a recogerles del cole, a llevarles a extraescolares y a última hora puedo ir a entrenar”. Viven en Irurtzun y tienen todo cerca. De momento no han heredado la afición del fútbol de su padre y su tío. “Ellos juegan a pelota. El otro día vinieron al partido del Promesas, pero no suelen verme habitualmente. Me dio pena no haberme sacado foto”.

Jorge Viela (Cortes)

“Es difícil poner en la balanza el fútbol y el tiempo para tu hijo”

Los dos jugadores del Cortes que son padres lo celebraron de forma anticipada el domingo, marcando un gol cada uno. Jorge Viela es padre de Neizan, de 11 meses, y Héctor Magallón es padre de Mia, que en mayo cumplirá el año. “Fue casualidad marcar en esta jornada, pero me hizo mucha ilusión porque he estado bastante tiempo lesionado y cuesta entrar en el equipo. Tener un pequeño se nota en mi caso, porque soy autónomo, el trabajo me lleva muchas horas y también toca entrenar. Es difícil poner en una balanza el tiempo que le dedicas al fútbol y el tiempo que me gustaría estar con mi hijo, que me da pena perderme cosas de él y poder apoyar a mi mujer, Iciar. Somos amateur, pero vivimos el fútbol como profesionales. Tengo 30 años y aparte de los entrenamientos me cuido por mi cuenta para competir con chavales de 20. Es duro. Así que cuando marco un gol es para estar orgulloso por el trabajo que hay detrás”.

Mikel Mendoza (Subiza)

“Los entrenadores me han ayudado”

Mikel Mendoza empezó la celebración ayer, que era su cumpleaños. Hoy puede presumir de ser el padre de Alaia, una niña de 15 meses. En el Subiza son padres también Mikel Nieto, cuyo segundo hijo acaba de nacer, y Kike Labarta, padre de una niña. “Es un poco duro compaginar el trabajo, el fútbol, ser padre... Está claro que por ir a entrenar te pierdes cosas de tu hija, pero en mi caso tengo que agradecer que los entrenadores. César (Sánchez) me ha ayudado y alguna semana he entrenado dos días en lugar de tres para que mi mujer también tuviera tiempo para ella. Ahora como estamos en una situación un poco más complicada he vuelto a ir tres días y a ver si podemos salvar al equipo”. Tiene dos seguidoras incondicionales en casa: “No me puedo quejar, porque a mi mujer (María) le gusta mucho el fútbol. Ella llegó a jugar en el Lagunak en Superliga y prácticamente todos los sábados está en Subiza con la cría. Hace ilusión”.

Dani Ederra (Mutilvera)

“Es bonito salir al campo y verla en la grada”

Al capitán de la Mutilvera, Dani Ederra, se le ilumina la cara al hablar de Candela, su hija de año y medio que ya le aplaude desde la grada. “Está claro que la vida te cambia y compaginar trabajo y fútbol se hace más duro cuando tienes una pequeña en casa. Desde que te levantas no paras: trabajo, la cojo de la guarde, juego con ella y a entrenar. A mí me gusta el deporte y entrenar es como un desahogo de todo, pero también reconozco que me da pena cuando me voy a entrenar, que es la hora del baño, de la cena, de acostarla... De eso se encarga Naiara, mi mujer, que lleva el peso de todo y se agradece que me permita seguir haciendo deporte. Luego ya te pones a entrenar y te centras. Eso sí, supongo que mis compañeros más jóvenes hablarán esta semana de la carpa y yo ya estoy en otra etapa”. Deportivamente dice que “se nota el cansancio y los lunes cuesta más recuperar”, pero no cambia por nada “cuando sales al campo, levantas la mirada y la ves en la grada, porque ahora ya te reconoce y será bonito que algún día sepa que su padre jugaba a fútbol”.

José Joaquín Garbayo (Alesves)

“Volví a jugar por la ilusión de que me viera mi hijo”

José Joaquín Garbayo acaba de ser operado. Ayer volvió a casa y allí le esperaba Lucca, de 17 meses, que desde que aprendió a andar corre tras el balón. Junto a Fernando Gómez (éste por partida doble), son los únicos padres en el Alesves. “Dejé el fútbol, pero volví por la ilusión de que me viera jugar mi hijo y porque físicamente estaba bien cuando me llamaron del Alesves. Puedes jugar en Segunda B ante 12.000 personas, pero lo que se siente cuando el que está en la grada es tu hijo no se puede comparar. Yo me organizo para entrenar algún día por mi cuenta y así llego a todo”.