londres - Adrián San Miguel descuelga el teléfono un domingo y llama a José Mari Moreno, director deportivo del Pilas, equipo de la Primera Andaluza. Le pide si puede entrenarse en sus instalaciones, a la espera de recibir alguna oferta. Un mes después de aquel momento, Adrián es supercampeón de Europa con el Liverpool.

El primer trofeo de su carrera, además. Mientras el resto de sus ahora compañeros habían lamido la Copa de Europa unos meses antes, él se estancaba en el banquillo de un West Ham United que le cerraba las puertas. Sin jugar apenas, su último partido desde el inicio había sido en la FA Cup, encajando cuatro goles ante un Tercera división como el histórico Wimbledon.

Su contrato con los Hammers terminó y a la espera de una oferta interesante, decidió entrenarse en las instalaciones del Unión Deportiva Pilas, un club humilde de la Primera Andaluza. Adrián comienza a entrenar ese lunes. Acompañado por un preparador físico y un entrenador de porteros, el meta sevillano se presenta a las 10 de la mañana y pregunta lo que cualquiera preguntaría al encontrarse un campo de fútbol 11 vacío. “¿Cuál es mi portería?”.

Tras unas dos horas de entreno, Adrián se despide. “Si no hay ninguna novedad, vuelvo mañana”. Aun así, cada noche escribe a José Mari por la noche y se lo confirma. “Es un viernes cuando me dice que el lunes tendría equipo y que prefiere no arriesgar entrenando”, dice José Mari. “También me pregunta dónde comprábamos el material deportivo”. Lo que no sabía José Mari es que al día siguiente Adrián se personaría en el campo con un cheque regalo para comprar balones y petos.

Y llegó la recompensa al duro y humilde esfuerzo de Adrián. Fichó por el Liverpool y debutó a los 40 minutos de comenzar la temporada por una lesión de Alisson. El incidente y la confirmación de Klopp de que el brasileño estaría fuera varias semanas le ponen de titular en Estambul contra el Chelsea en la final de la Supercopa de Europa.

Adrián nunca ha ganado un título y ve sus opciones desvanecerse un poco tras un polémico penalti en la prórroga que da el empate a los Blues. “Lo pasé hasta mal, se me salía el corazón”, exclama José Mari, que vivió la final como un aficionado del Liverpool más. Pero la tanda de penalti le devuelve la gloria cuando con el pie desvía el lanzamiento de Tammy Abraham. Adrián, un chico que hacía unos días entrenaba en las instalaciones de un modesto club andaluz, acababa de hacer supercampeón de Europa al Liverpool.

Era su merecido trofeo tras un durísimo año en el West Ham y la confirmación del gran portero que salió de España en 2013 para labrarse una carrera fuera. Un sueño de una noche de verano, desatado por una llamada al Pilas y 25 días de entrenamiento. “¿Cuál es mi portería, José Mari?”. La de Anfield.