La imagen del viejo Sadar -1967- va quedando atrás conforme avanzan los cambios en la estructura del nuevo estadio, cuyos trabajos se siguen desarrollando a buen ritmo. Las estructuras que dan la nueva altura la recinto otorgan un aire monumental a la nueva apariencia de la instalación y desde el interior, como se aprecia en la fotografía, el estadio adquiere una imagen totalmente distinta. En la instantánea, uno de las gradas laterales aumentadas con las nuevas alturas.