Como cualquier estudiante que se encuentra finalizando la carrera universitaria y vela por su futuro, Aitor Falagan (Pamplona, 12/12/1997) ha sido uno más, pero en su caso ha encontrado en el fútbol la vía para seguir estudiando. Le toca preparar la maleta. New Hampshire le espera.

En febrero, antes de que se produjera la irrupción de la pandemia, el navarro recuerda que comenzó a preocuparse por su futuro, porque “estaba terminando Ingeniería Industrial y quería saber si iba a irme a Madrid o si me quedaba en Pamplona estudiando un máster”.

Indagando por internet se topó con el programa de la AFE (Asociación de Futbolistas Españoles) que, bajo el nombre de ‘The Soccer Player’, su objetivo es la obtención de becas deportivas en universidades de Estados Unidos y desde la propia asociación lanzaron diez plazas en España en su primera edición.

“Me apunté de refilón el último día por probar”, se sincera Falagan y una vez entregó el formulario recibió la llamada de “Ximo Miralles, portero del Numancia, que era el que llevaba el programa y el que me hizo de representante”. De hecho, el propio Miralles es graduado en Economía en la Universidad de Clemson, de Estados Unidos. “Me dijo que mi perfil académico era bastante bueno y que jugando en Tercera era fácil acceder a una beca en Estados Unidos”, rememora el navarro.

Como en cualquier prueba de tal calibre, el aspirante tuvo que enviar un vídeo como prueba viedográfica de sus condiciones, material con el que los entrenadores de los equipos de las universidades seleccionen a los candidatos, además de enviar el perfil académico. “Valoran mucho que saque buenas notas”, apunta.

Finalmente, el destino de Aitor Falagan va a ser Franklin Pierce University, de New Hampshire, a hora y media de Boston. El equipo de fútbol compite en la NCAA (Asociación Nacional Deportiva Universitaria), de gran prestigio a nivel internacional, no solo por el nivel competitivo, sino por el económico. “Las universidades que tienen más dinero son las que hacen más ofertas hacen. Por ello hay un buen abanico de alternativas”, puntualiza.

No solamente el nivel de fútbol es lo que evalúan para otorgar las becas deportivas. Cada aspirante debe sacar un mínimo de nivel en inglés -ya que es el idioma que se habla en las universidades-. “Pensaba que de inglés iba a ir mucho peor porque son muy estrictos con el inglés, por lo que te hacen una prueba de nivel y te exigen una nota equivalente al B2. Saqué lo mínimo y me dieron la plaza”, bromea un Aitor Falagan que ha estado trabajando en la cadena de la Volskwagen para ahorrar algo de dinero.

La covid aplazó su marcha. El desembarco de Aitor Falagan en Estados Unidos estaba previsto para agosto, pero la pandemia provocó la cancelación de la NCAA -que se disputa de agosto a diciembre- y su comienzo se ha aplazado al mes de febrero.

Ahora “nos han comunicado que la situación es sostenible y está bastante controlada, pero en el campus tenemos que estar con mascarilla y nos harán test cada semana para jugar los partidos, como nos hacen aquí”, declara un Falagan que vio cómo su viaje tuvo que esperar hasta este próximo mes de enero, donde coincidirá con sus nuevos compañeros de equipo, aunque a algunos ya ha tenido la oportunidad de conocer, con quienes compartirá alojamiento.

De esta manera, el navarro va a dejar el Valle de Egüés, al que llegó hace cinco temporadas, club al que agradece el trato mostrado con él, puesto que le han puesto todas las facilidades posibles para jugar y entrenar esta temporada. Ahora, Falagan solamente quiere “disfrutar” de una experiencia que puede ser de un año o año y medio -tiene la opción de alargar medio año más en abril- para después volver, otra vez, a la casilla de salida.