El Ardoi certificó la cuarta plaza del play off de ascenso a Segunda RFEF con una goleada (3-0) al Beti Kozkor en el último partido de la segunda fase. Un partido redondo para el equipo de Íñigo Ardanaz, que le ganaba por primera vez a su amigo Rodri Fernández de Barrena, salvo para un jugador: Álvaro Arizcuren.

Conocido como Alvarito dentro del club de Zizur, el jugador no tuvo su mejor día ante el conjunto de Lekunberri -incluso llegó a fallar un penalti-. Todo ello, con unas botas Adidas de color azul que pasaron a ser historia y guardarse de nuevo en su caja después del gesto que tuvo su compañero Javier Morcillo.

"Dije que me quería cambiar de botas", reconoce el propio Alvarito, que entre risas añade "y me las compró y regaló Morcillo". El caso es que en el mundo del fútbol es común que los jugadores tengan sus manías y supersticiones. Entrar al campo con una pierna u otra primero, dar algún salto... rituales que en un momento en concreto dieron suerte. Nadie vaticinaba en el Ardoi que esas botas serían el amuleto, no sólo de Alvarito, sino del propio club. El delantero ha anotado dos goles en dos partidos con los que ha escrito la mejor página conocida hasta ahora en la historia del Ardoi.

Alvarito celebra el gol ante el Beti Kozkor. Foto: Iñaki Porto

Suyo fue el gol clave en el partido ante el Pamplona. Ayou marcó el primero, pero el cuadro de Aritz Gomara igualó un encuentro que mandó a la prórroga. Ahí fue cuando el delantero anotaría el tanto que le daba el pase a la final que se celebró el pasado sábado. La diferencia, en esta ocasión, era que al Ardoi no le valía el empate. Ya avisó Íñigo Ardanaz en la previa que ejecutarían el mismo plan que idearon ante el Pamplona, y Alvarito se lo tomó al pie de la letra.

Suyo volvía a ser el segundo tanto que marcaba el Ardoi en el partido. Un tanto que daba tranquilidad al cuadro de Zizur, y que a la postre pasó a ser significativo para el histórico ascenso a la Segunda RFEF. La pregunta ahora es... ¿qué hubiera pasado si Morcillo no le hubiera regalado a Alvarito esas botas? Esto es algo que nunca se sabrá.