Con tan solo 21 años, Ariane Toro ha conseguido entrar a los Juegos Olímpicos. Es hija de Yolanda Soler, que formó parte del equipo de Barcelona 1992 y fue medalla de bronce en Atlanta 1996, y José Toro, olímpico en 1996. Desde febrero, ha encadenado un bronce en el Grand Slam de París, otro en el de Bakú y un oro en el de Tiflis. En el Europeo de Zagreb se adjudicó el bronce, siendo esta su primera medalla continental senior. Ella es la única española clasificada dentro de los puestos que dan derecho a competir en París dentro del peso de -52 kilos.

¿Cómo se siente frente a este torneo tan cercano?

–Me voy ya este domingo. Tengo mucha ilusión y muchas ganas de disfrutar de todo lo que suponen los Juegos Olímpicos. Quedan pocos días para la cita: compito el día 28. Cuando llegue a París disfrutaré de la ceremonia de inauguración, entrenaré y bajaré de peso para el día previo. De esta forma estaré lista de cara a la competición.

¿Qué tal han ido los últimos días de preparación?

–Bien. Hemos estado preparando rival a rival y enfocándonos en lo que me quedaba. He entrenado aquí, en Pamplona, junto a mis compañeros y mis padres. No estoy nerviosa. Tengo muchas ganas de estar donde siempre he querido estar y de cumplir un sueño que siempre he imaginado en mi cabeza.

“Mis padres hicieron su historia y yo estoy construyendo la mía propia, con su apoyo y su ayuda. Ellos son mi motivación”

¿Qué significa para Ariane estar en los Juegos Olímpicos de París 2024?

–Para mí, significa mucha felicidad puesto que es algo que siempre he querido vivir. Desde pequeña, lo he visto como algo que es impresionante. Además, he admirado a la gente que iba a los Juegos Olímpicos: a los medallistas olímpicos, a mi madre y a mi padre –mi madre estuvo en dos y mi padre en uno– y a todo aquel que estaba logrando este sueño.

¿Se siente presionada al saber lo que han logrado tus padres?

–No, no me siento presionada. Mi madre formó parte del equipo de Barcelona 1992 y fue medalla de bronce en Atlanta 1996, y mi padre, olímpico en 1996. Ellos hicieron su historia y yo estoy un poco construyendo la mía propia, con su apoyo y con su ayuda. Mis padres son, en parte, mi motivación. Me hacen ver que se puede conseguir; desde pequeña me han hecho comprender que es posible ir a unos Juegos y ahora que puedo lograr una medalla olímpica.

¿Piensa que se merece estar en los Juegos?

–Todo el mundo que está en los Juegos se merece estar ahí. Hay una clasificación, y todo el mundo que se ha clasificado tiene un puesto más que merecido. Más allá de la clasificación, creo que me lo merezco por el sacrificio realizado.

¿Cuál es su objetivo?

–Lo primero y más importante es disfrutar. También sacar todo el judo que llevo dentro el día 28. Es decir, disfrutar y dar todo lo que tengo.

¿Se ve con opciones de ganar?

–Yo creo que un deportista, siempre que va a una competición, quiere luchar por el oro. Yo me veo bien. Esta temporada he luchado contra las mejores y he trabajado, a fondo, en las cosas que no me terminaban de salir. Me voy con opciones de ganar el Oro.

¿Cómo se imagina ganando la medalla de Oro?

–Es difícil porque no me sé el sorteo, pero si voy por el otro lado de la japonesa Uta Abe, ojalá hacer una final con ella, que es la actual campeona olímpica. Me gusta visualizar antes de los combates cómo puedo ganar, o cómo tirarlas. Con Abe, visualizo un combate muy, muy, muy duro hasta el Golden Score (puntuación de oro) y luego tirándola y celebrándolo con mis padres, les doy un abrazo y nos ponemos a llorar.

“No tengo miedo a nadie. Cada una tiene una cualidad, y con cada una de ellas hay que ver qué hacer y qué combate plantear”

¿Hay alguna oponente a la que le tiene más respeto?

–No tengo miedo a nadie. Hay rivales más duras que otras. Aunque, mejor dicho, cada una tiene una cualidad, y con cada una de ellas hay que ver qué hacer y qué combate plantear.

¿Quiénes le acompañarán a París?

–Me va a acompañar toda mi familia. Mi padre estará en la silla conmigo, pero mi madre, mi hermano y el resto de mi familia van a estar ahí apoyándome en las gradas así que los voy a sentir cerca.

¿Cómo es para una deportista olímpica compaginar los estudios con el judo a tan alto nivel?

–Es bastante difícil. Este año, los he dejado un poco de lado. Sin embargo, cuando pasen los Juegos los retomaré. Creo que es algo que puedes hacer, pero si que es cierto que debes organizarte muy bien y que hay que sacar tiempo de donde no lo hay.

¿A quién dedicaría el haber llegado a los Juegos Olímpicos?

–A mis padres, por ayudarme en todo lo que han podido, que están día a día conmigo, que aunque lo consiga o no es todo gracias a ellos, que me han apoyado cuando lo necesitaba y que me han hecho soñar y disfrutar de algo muy grande. También a mi familia, a mis compañeros y a aquellas personas que me han ayudado en mis peores momentos.

¿Qué le diría a las personas que no han conseguido llegar a los Juegos de París?

–No toda la carrera deportiva de un deportista se resume en unos Juegos Olímpicos. Hay mucha gente que al final no llega, pero todo el proceso que conlleva luchar por llegar e incluso, el entrenar o hacer deporte, es algo especial. Me parece algo muy bueno para la salud, para la vida y que te ofrece muchos aprendizajes en otros aspectos de ella.