tolosa - Iker Vicente va camino de ser un aizkolari legendario. A sus espaldas tiene ya tres títulos de Navarra y un subcampeonato de Euskal Herria, y ayer dio otro paso más para escribir su nombre entre los más grandes de esta modalidad: el de Otsagabia ganó su primer desafío. Se impuso con autoridad a todo un especialista, Arria V, con una actuación espectacular. Impresionante. Y solo tiene 20 años. Vicente va creciendo como deportista según se va haciendo mayor, pero ayer dejó claro que ahora mismo ya es un aizkolari enorme. Colosal.

La victoria de Vicente no dejó mucho margen para la incertidumbre. El aizkolari de Otsagabia se llevó los seis mil euros en juego en esta apuesta con una ventaja de tres minutos y nueve segundos sobre Arria V. Los dos contendientes, sin embargo, ofrecieron una gran actuación en la plaza de toros de Tolosa. Ambos lograron completar por debajo de la hora un exigente trabajo de doce kanaerdikos y ocho troncos de 60 pulgadas, es decir, veinte piezas de 1,252 y de 1,391 metros de perímetro.

El navarro y el guipuzcoano respondieron a las expectativas que había despertado este reto. De hecho, el coso tolosarra registró su mejor entrada de los últimos años en una apuesta, con más de 2.000 espectadores en las gradas para ver este desafío.

Desde el segundo tronco La juventud de Vicente, de 20 años, se impuso a la experiencia de Arria, de 40. El navarro se adjudicó su primera apuesta y el guipuzcoano no tuvo fortuna en el que fue el decimocuarto desafío de una trayectoria que incluye dos victorias ante el padre de Iker, Daniel.

Arria V fue el encargado de traer a la plaza los kanaerdikos, mientras que Iker Vicente llevó los troncos de 60 pulgadas. Cada aizkolari empezó a cortar su madera. El guipuzcoano, que quería alargar el tiempo de trabajo, aportó unos kanaerdikos duros y exigentes, mientras que los troncos de Vicente, sin ser blandos, eran de menor resistencia. Y es que la dureza de los kanaerdikos compensaban su menor perímetro. De hecho, los dos aizkolaris cortaron antes algunos de los troncos de 60 pulgadas que varias de las piezas pequeñas.

Desde el principio, los dos trabajaron a un fuerte ritmo, sin apenas pausas para tomar aliento. El navarro salió controlando su velocidad y mantuvo su tono hasta final, y Arria V tampoco dio nunca señales de agotamiento.

El primer corte dio lugar a muchas especulaciones. Arria terminó un kanaerdiko en un minuto y 48 segundos, exactamente el mismo tiempo en el que Vicente cortaba un tronco de 60.

El navarro se puso por delante en el segundo tronco y nunca se vio por detrás (3:58-4:45). Vicente empleó ocho minutos y 43 segundos en hendir sus cuatro piezas antes de empezar con los kanaerdikos. Arria V, por su parte, cortó primero su madera (16:36) y dejó los cuatro troncos de 60 pulgadas para el final. Comparar los tiempos acumulados de los dos aizkolaris era engañoso, pero Vicente estaba un tronco por delante de su rival y, en general, sus referencias en cada pieza indicaban que el ritmo del navarro era superior.

Vicente completó la mitad del trabajo en 26 minutos y cinco segundos, mientras que Vicente necesitó un tiempo de 27:50. Cuando tuvo que cambiarse de fila, el navarro optó por volver a cortar sus troncos y se situó junto a Arria V en las piezas de 60 pulgadas, antes de que el guipuzcoano acabara con su décima madera.

El navarro cortó primero dos de sus troncos y luego cambió de estrategia. En lugar de seguir con las dos piezas restantes de 60 pulgadas, se pasó a los kanaerdikos y dejó sus dos últimas piezas para el final, reservando sus fuerzas para una madera menos exigente. Arria V, en cambio, repitió la táctica de la primera mitad y acometió primero sus kanaerdikos.

El errezildarra acabó con los troncos de 54 pulgadas de esta segunda fila a los 46 minutos y 53 segundos. Vicente, a su vez, hendió su último kanaerdiko a los 50 minutos y 38 segundos, solo con dos piezas de 60 pulgadas pendientes. Arria había cortado el primero de sus troncos de 60 en 50: 22, pero todavía tenía otros tres troncos similares por delante. La ventaja del navarro era clara y ya no había dudas sobre su victoria. Cuando se giró sobre la última madera, los aficionados le premiaron con la ovación más ruidosa de la jornada. Finalmente, paró el cronómetro en 56 minutos y 28 segundos. Arria V acababa de cortar entonces su penúltimo tronco y le esperaban todavía tres minutos y nueve segundos más para terminar una gran actuación que se quedó sin premio por el enorme trabajo de Iker Vicente.

IKER VICENTEARRIA V

1º de 60: 1:481º de 54: 1:48

2º de 60: 3:582º de 54: 4:45

3º de 60: 6:193º de 54: 7:29

4º de 60: 8:434º de 54:10:22

1º de 54: 11:105º de 54: 13:26

2º de 54: 13:52 (2.42)6º de 54: 16:36

3º de 54: 16:491º de 60: 19:23

4º de 54: 19:572º de 60: 22:18

5º de 54: 22:57 3º de 60: 25:10

6º de 54: 26:054º de 60: 27:50

5º de 60: 29:037º de 54: 30:49

6º de 60: 31:548º de 54:33:50

7º de 54: 34:489º de 54: 36:50

8º de 54: 38:2010º de 54: 40:04

9º de 54: 41:1211º de 54: 43:34

10º de 54: 44:1512º de 54: 46:53

11º de 54: 47: 255º de 60: 50:22

12º de 54: 50:386º: de 60: 53:23

7º de 60: 53:387º de 60: 56:26

8º de 60: 56:288º de 60: 59:37 Los troncos de 54 pulgadas, o kanaerdikos, tienen un perímetro de 1,252 metros, y los de 60, de 1,391.