a incorporación de la carrocería Sportback a la gama del A3 supuso en su momento uno de los aciertos comerciales más sonados de Audi. Aquel turismo compacto se beneficiaba de todas las bondades de un tamaño contenido, pero al mismo tiempo con el espacio suficiente en habitáculo y maletero y la funcionalidad exigible, además del toque deportivo, la exclusividad y distinción que siempre han caracterizado a los modelos la casa de los cuatro aros. Aquella trasera diferente al resto de la competencia otorgó al A3 Sportback un éxito rotundo.

Hoy el A3 Sportback, que se renueva por completo con la llegada de su cuarta generación, tiene que hacer frente a la competencia, tanto dentro como fuera de su gama, del floreciente segmento SUV, en el que sin salir de casa se debe batir el cobre con modelos realmente brillantes. Así que Audi le ha dado una vuelta de tuerca al concepto y lo ha vuelto más deportivo, un Sportback más sport que back.

El diseño, sobre todo el exterior, sigue siendo la puerta de entrada y la irresistible llamada de este automóvil. Como apunta la marca, “sus proporciones compactas y estilo deportivo, la ancha parrilla Singleframe y las grandes entradas de aire, el musculoso lateral, los acentuados pasos de rueda o la luz diurna digital de los faros Matrix Led acrecientan el carácter dinámico del compacto Premium. El diseño deportivo y sofisticado continúa en el interior con la nueva palanca de cambios, inserciones de aluminio o carbono, llamativos tiradores de puertas y un salpicadero de aspecto más innovador y digital”.

El tono sport sube un peldaño con un puesto de conducción enfocado claramente hacia el conductor, que tiene acceso a una pantalla táctil de serie de 10,1 pulgadas (25,7 centímetros) integrada en el salpicadero, capaz de reconocer caracteres introducidos de forma manual, que proporciona una respuesta acústica y también puede ser controlada mediante la voz. El cuadro de instrumentos de serie es totalmente digital (26 cm, 10,25 pulgadas) y mejora en superficie y funcionalidad con los opcionales Audi virtual cockpit y la versión plus (31,2 cm, 12,3 pulgadas) en la gestión del sistema de navegación o con sus tres modos de visualización, sin olvidar la exquisitez de la instrumentación Head-up display, que proyecta la información sobre el parabrisas.

La conectividad también da un paso adelante con la tercera generación del MMI, con una potencia de cálculo diez superior a su predecesora y con su correspondiente punto de acceso wifi. Otros detalles que harán las delicias en el interior aluden a la posibilidad de almacenar hasta seis perfiles de usuarios en ámbitos como los ajustes de climatización, destinos de navegación frecuentes o fuentes de audio habituales; el sistema de radio digital DAB+ de serie y las opciones de la radio online o híbrida, la información adicional para los desplazamientos con datos, imágenes de satélite en alta resolución y modelos 3D detallados de grandes ciudades europeas; puntos de interés con fotos, horarios y comentarios de los usuarios, servicios Car-to-X para localizar aparcamientos o facilitar la comunicación con los semáforos para aprovechar las fases en verde, así como que el A3 Sportback con su llave de confort Audi Connect Key admite bloquear y desbloquear el coche y arrancar el motor a través del smartphone.

Tanta tecnología no debe hacernos olvidar que estamos ante un coche compacto, con motores, bastidor y una dinámica de primera. La oferta inicial de propulsores incluye el gasolina 35 TFSI (1.5 litros, 150 CV y 250 Nm ) y los nuevos diésel 30 TDI (2.0 litros de 116 CV y 300 Nm y 150 CV y 360 Nm). Estos tracción delantera son potentes, con elevados valores de par y tremendamente eficientes, y llegan provistos de cajas de cambios manuales de seis marchas y automáticas DSG de siete relaciones S tronic. Más adelante harán su aparición las versiones del gasolina de 150 CV con baja hibridación, dos híbridos enchufables, el gasolina 30 TFSI de 110 CV y tres cilindros, además de las variantes de gas natural comprimido (GNC), S3 y con tracción total Quattro.

En cuanto a la dinámica de conducción, Audi apuesta firmemente por el carácter deportivo sin perder un ápice de funcionalidad ni renunciar a un confort de marcha elevadísimo. Su carrocería de 4,34 metros de largura, 1,82 de anchura, 1,43 de altura, 2,64 de distancia entre ejes y 380 litros de maletero (variable merced al asiento trasero deslizable) mejora en habitabilidad a la altura de codos y hombros y también en respuesta deportiva, en buena medida gracias a unas logradas suspensiones (eje delantero McPherson y tren trasero multibrazo para las versiones con 150 CV o más, la suspensión de control adaptativo, los modos de conducción Audi drive select y la suspensión deportiva, de serie en la terminación S line). Por último, las asistencias a la conducción completan un conjunto irreprochable. Disponible desde 29.070 euros (gasolina 150 CV), con los diésel desde 30.010 euros (116 CV) y 33.490 euros (150 CV), todo apunta a que la lógica de la deportividad volverá a triunfar de nuevo.