En el 19 iguales, tras una serie anuncios pidiendo el uso de la mascarilla por megafonía -el primero, con el 12-7, cuando ya iban dos horas de festival-, la final del Cuatro y Medio del domingo entre Altuna III y Laso quedó en suspenso. Se mandó a los pelotaris que se fueran al vestuario, con el consiguiente y normal enfado de los contendientes.

La Liga de Empresas, con todo, ha emitido una nota de prensa este lunes en la que justifica la decisión de frenar el decisivo encuentro del acotado; así como define como culpable a un "reducido grupo de asistente", cuestión del todo errónea, pues desde algunos sectores de las gradas no se usó la mascarilla ni antes ni después del anuncio. Llueve sobre mojado. En la semifinal del acotado entre Peio Etxeberria y Laso en el frontón Labrit sucedió lo mismo. No era nada nuevo.

"Antes y durante el festival desde la organización se recordó en numerosas ocasiones a las personas asistentes sobre la obligatoriedad del uso de la mascarilla en el recinto, conforme a las disposiciones normativas vigentes. Gran parte, la mayoría, de las personas presentes portaron la mascarilla en todo momento, si bien un reducido grupo de asistentes, pese a las numerosas advertencias, no respetaban lo recordado desde la organización a través de la megafonía", desgranan Aspe y Baiko desde su nota, apostillando que "por parte de las autoridades competentes, en el transcurso del festival, se nos instó a realizar cuanto fuese posible para asegurar que todas las personas asistentes hacían uso de la mascarilla". "Ante la conducta de incumplimiento de un reducido número de asistentes, desde la organización se optó por la medida que se entendía adecuada. Ante la situación que se producía se consideró que detener el partido, pese a ser una final, era una medida justificada y necesaria para que las personas asistentes que no portaban mascarilla fuesen conscientes de la situación, dado que a través de los reiterados avisos por megafonía parecía que no era suficiente. Afortunadamente, con dicha medida de paralización del partido, tales personas que habían venido incumpliendo la norma de uso de mascarilla depusieron en su actitud y el partido pudo reanudarse inmediatamente", expresan.

Asimismo, hacen autocrítica en el "perjuicio o malestar" que la situación "pudo generar tanto a los pelotaris que disputaban la final, como a las personas asistentes que, como es su obligación, hacían uso de la mascarilla en todo momento".

Por último, recuerdan "la necesidad de cumplir en todo momento las medidas que han dictado las autoridades sanitarias en protección de la salud de las personas. Es obligación de todos nosotros y todas nosotras cumplir en todo momento las citadas normas, puesto que la salud de las personas debe prevalecer por encima de todo. Por ello, no podemos sino apelar a la responsabilidad de cada persona que acuda al frontón en el respeto de las normativas dictadas por las autoridades".