pamplona - La banca cooperativa, que en Navarra tiene a Caja Rural y Laboral Kutxa como sus actores principales, deberá contar con un fondo de garantía propio y suficiente. Será impulsado desde el Ministerio de Economía, tendrá carácter privado y servirá para, sin mutualizar riesgos, rescatar a aquellas entidades que atraviesen dificultades, evitando así el sus problemas se contagien al resto de un sector relativamente pequeño -el 6,5% del total de la banca española-, pero con un fuerte arraigo local.

La medida fue anunciada la semana pasada por Luis de Guindos, ministro de Economía y Competitividad, pero de su contenido y alcance se sabe poco más. No será la única novedad, sino que este fondo de garantía formará parte de un cuerpo legal más ambicioso, que tiene como objetivo principal regular las aportaciones de capital, que algunas entidades han vendido como si fuesen depósitos, y mejorar los sistemas de gobierno corporativo, buscando una mayor transparencia y profesionalización. Se completaría así la reforma del sistema financiero, que vivió en la desaparición del sector de cajas su momento más traumático, y de la letra pequeña de las medidas dependerá que el sector pueda seguir siendo lo que es hasta ahora o termine en un proceso de concentración, salidas a Bolsa y venta, tal y como deseaba el Banco de España, siempre partidario de las fusiones.

Tras un periodo de reflexión, y según las propias palabras del ministro, parece que el Gobierno se inclina por la primera opción, mediante una reforma consensuada con el propio sector en conversaciones a las que no son ajenas Caja Rural de Navarra y Laboral Kutxa. Son las dos entidades más potentes agrupadas bajo la patronal de la Unión Nacional de Cooperativas de Crédito, que engloba a 43 entidades. De hecho Ignacio Arrieta, director de Caja Rural de Navarra, es el ejecutivo bancario más experimentado del país y una de las voces más respetadas en el sector de las cajas rurales. Sin apenas intervenciones públicas desde hace siete años, siempre ha defendido el modelo cooperativo, con una línea de actuación prudente y alejada de estridencias. Con el aval de su gestión -Caja Rural tiene un patrimonio cercano a los 1.000 millones y uno de los coeficientes de solvencia más altos de España- ha sido una de las personas que con mayor intensidad ha apostado ante el Ministerio por el mantenimiento del modelo cooperativo de banca.

De hecho, en plena negociación sobre el futuro de las cajas rurales -no está claro hasta qué punto Laboral Kutxa se vería afectada por los cambios-, las entidades cooperativas han tenido que acudir al rescate de una de ellas. Bantierra, Caja Rural de Aragón, arrastraba problemas desde hace tiempo por su excesiva exposición inmobiliaria y el Banco de España le había instado a mejorar sus ratios de capital y solvencia.

La solución pactada, de la que se han ofrecido pocos detalles, parece enviar también un cierto mensaje de fortaleza del grupo de cajas rurales. Mediante una SPV (Sociedad de Propósito Específico), la Asociación de Cajas Rurales, apoyadas por Laboral Kutxa, se hace con un paquete de 320 millones de euros en activos inmobiliarios de Bantierra. Con esta fórmula, la sociedad pasa a ser titular de los activos, que venderá posteriormente, y Bantierra reduce el riesgo e incrementa su solvencia, que pasa del 11,93% al 14%. De hecho, no es la primera vez que las cajas rurales, encabezadas por Caja Rural de Navarra, prestan ayuda a Bantierra. Según publicaba hace unos días Heraldo de Aragón, en 2015 y 2015 realizaron sendas inyecciones de 70 y 90 millones de euros como pagos anticipados por las comisiones que Bantierra prevé obrar en los próximos años.

Con este precedente, el Ministerio de Economía regulará el modo en que las cooperativas de crédito deberán dotar un fondo que podría articularse alrededor del Banco Cooperativo España, que ya sirve para que estas entidades se presten servicios entre ellas. Según su último balance público, correspondiente a 2015, contaba con un capital cercano a los 100 millones de euros y unas reservas de 382 millones de euros, con un coeficiente de solvencia del 21%. La otra opción pasaría por seguir la senda abierta por Cajamar, propiciando fusiones y aglutinando entidades en una sola. No es la que desea el sector, ni buena parte de los cuadros provinciales del propio Partido Popular.

6,5%

del sistema bancario

Las cooperativas de crédito representan apenas un 6,5% del total de los activos del sector financiero español.

320

millones, bantierra

El rescate de la caja rural aragonesas se ha cifrado en unos 320 millones de euros.

30%

del sistema navarro

Caja Rural de Navarra y Laboral Kutxa suponen cerca del 30% del sistema financiero navarro. La Comunidad Foral es donde más pesan las cooperativas.

934

millones, fondos propios

La gran fortaleza de Caja Rural reside en su elevado nivel de solvencia y en su baja tasa de mora. Cuenta con 934 millones de euros en fondos propios, conseguidos tras años de destinar a reservas el resultado.