madrid - El Banco de España cree que las fusiones son “una alternativa clara” para que las entidades financieras del país mejoren su rentabilidad y ganen eficiencia en el actual contexto de bajos tipos de interés, en el que muchas están operando por debajo de su coste de capital y con estructuras de costes “muy pesadas”.

En una entrevista incluida en la Memoria de la Supervisión Bancaria en España en 2018, la subgobernadora de la institución, Margarita Delgado, destacó “los evidentes” ahorros de costes por sinergias y optimización de redes resultantes en las fusiones observadas hasta ahora a escala nacional.

Además, resaltó los beneficios de las fusiones entre entidades españolas y extranjeras. “A medida que avancemos en la Unión Bancaria no sería descartable que se produjeran fusiones transfronterizas, lo que favorecería claramente una mayor integración financiera en Europa”, remarcó.

De este modo, considera las fusiones como una solución razonable para afrontar los retos a los que debe enfrentarse el sector bancario, que son la mejora de la rentabilidad en un entorno cada vez más “agresivo” de competencia, el reforzamiento de los niveles de capital y de pasivos elegibles (MREL), la reducción del volumen de activos tóxicos, la adopción de políticas de provisiones “coherentes” y la mejora de la reputación.

En la Memoria, la institución introduce un apartado en el que resalta que estas operaciones vienen acompañadas de procesos de racionalización de las estructuras que ayudan a incrementar la eficiencia y permiten alcanzar cuotas de mercado y presencia geográfica difíciles de lograr de forma orgánica, dada la elevada competencia del sistema.

No obstante, Delgado subrayó que el papel del supervisor no es decidir qué fusiones son deseables y cuáles no, sino valorar en qué medida una nueva entidad, resultante de un proceso de fusión, tiene como base un modelo de negocio “sólido y genera valor en su conjunto”. Además, el Banco de España considera que hay que encontrar el “balance adecuado para evitar problemas de concentración”.

Durante el ejercicio 2018, el número de entidades financieras en España se redujo de 210 a 203. En el caso de los bancos, las bajas derivaron fundamentalmente de procesos de consolidación, en particular de Bankia y BMN, de Banco Santander y Banco Popular, de Liberbank y Banco de Castilla-La Mancha y de Unicaja Banco y Banco CEISS (España-Duero).

Aunque parte de estas operaciones se conocieron en años anteriores, sus efectos jurídicos se desplegaron en 2018. - E.P.