pamplona - Todavía con el buen sabor de boca de una victoria de las izquierdas en las elecciones generales del pasado domingo, UGT y CCOO celebraron ayer en Pamplona uno de los primeros de mayo más políticos de los últimos años. Las dos centrales sindicales aprovecharon el día del trabajador para pedir, al futuro Gobierno “estable, social, progresista y de izquierdas” que esperan que salga de las negociaciones en Madrid, la derogación “urgente” de la reforma laboral, esa máquina de generar precariedad -en palabras de Chechu Rodríguez, secretario general de CCOO- que tiene que acabar “en el basurero de la historia” -como deseó Jesús Santos, secretario general de UGT- para combatir de una vez por todas los estragos de una crisis que la clase trabajadora sigue sufriendo en forma de pérdida salarial, siniestralidad -con 47 personas muertas en los últimos seis años-, brecha entre hombres y mujeres y pérdida de derechos laborales. Reclamaciones que también se hicieron de puertas adentro, en dos discursos, los de los secretarios generales de ambos sindicatos, que tuvieron sus puntos de encuentro en el qué -a la hora de defender la reanudación del diálogo social, por ejemplo- pero que se distanciaron en el cómo: mientras que Santos abanderó los argumentos del PSN a la hora de criticar a un Gobierno de Navarra que sólo satisface a los “sindicatos de su cuerda” y de defender proyectos que considera básicos como el TAV y el Canal, Rodríguez abogó por votar el próximo 26 de mayo por una opción “social y progresista” y alejarse de ese olor “a olla podrida y sacristía vieja” de “la España del NO-DO” y la “Navarra en blanco y negro”. Porque “en realidad no hay suma” -dijo, haciendo un juego de palabras con Navarra Suma, el frente de derechas de UPN, PP y Ciudadanos- con quienes quieren “restar derechos, libertades, autonomía y democracia y porque no hay suma si se vota en Madrid con quienes quieren recortar derechos laborales”.

adiós a la reforma laboral Pero eso fue al final, durante la lectura de los discursos frente a la sede de la CEN, en la esquina de la calle Doctor Huarte con Navarro Villoslada. De ahí partió, una hora antes (a las 12.30h), una marcha en la que según los datos de la organización participaron unas 3.000 personas, y que transcurrió con total normalidad -y un día espléndido de sol- por las calles Yanguas y Miranda, Conde Oliveto, Baja Navarra y vuelta por Navarro Villoslada. La marcha estuvo amenizada, además, por la batucada Batuklang, y sólo se vio interrumpida cuando la Policía Foral, en la plaza Príncipe de Viana, mandó parar para que la marcha de LAB, que discurría por Baja Navarra, tomase el giro a la derecha por San Ignacio hasta la plaza del Castillo. No hubo ningún problema, ningún grito, ningún reproche entre ambas marchas, más allá de algún silbido aislado.

De nuevo frente a la sede de la patronal navarra, la primera en hablar fue Pilar Arriaga (CCOO), quien desarrolló un breve discurso -muy político, muy pegado a los resultados electorales del domingo- antes de dar paso a Jesús Santos. Arriaga dijo que aunque ganaran a la derecha el domingo, los derechos laborales “se defienden día a día”, “la lucha continúa” y hay que seguir poniendo “a las personas primero”, porque “las élites económicas nos quieren precarias”. Ante eso, reivindicó a “los sindicatos de clase que llenan las calles de dignidad” impulsados “por el imparable movimiento feminista”.

Después tomó la palabra el líder de UGT, cuyas primeras palabras abordaron el intento de levantamiento militar con el que la oposición trató el martes de tomar el poder en Venezuela, sin éxito. “Nos preocupa la situación en Venezuela, porque sólo se resolverá mediante el diálogo y la negociación, y nunca con el recurso a la violencia”, reflexionó, para a continuación volver el debate a España y analizar los resultados electorales del pasado domingo. A su juicio, el resultado por el que hay que felicitar “al presidente Sánchez, al Partido Socialista y a las fuerzas progresistas” ha propiciado la consecución de dos objetivos para el movimiento sindical, como son “frenar la posible involución política y social que planteaba una derecha radicalizada y demagoga” y “poner la agenda social como prioridad de las políticas públicas”. Pero sería de ingenuos pensar que una victoria en las urnas va a ser suficiente para combatir los “problemas y retos” que tiene la clase trabajadora cuando se habla de que estamos “en el sexto año después de la crisis”. Sexto año en el que se siguen consolidando los beneficios de las grandes empresas -“El Ibex 35 no ha dejado de ganar nunca”, puntualizó- y de la banca “a la que se salvó de la quiebra con 60.000 millones de dinero público de los bolsillos de las trabajadoras y trabajadores”, además de que “del agujero negro de la corrupción” no ha aflorado ni un euro.

críticas al gobierno foral Con ese panorama, relativizó la bajada del desempleo porque “sigue habiendo 9.500 parados más que antes de la crisis” y hay “10.000 personas que llevan dos años sin lograr acceder a un puesto de trabajo”. También el de una supuesta recuperación del empleo que es temporal en muchos casos y precario en otros, y que abre un escenario de “empleo basura, precariedad a mansalva y muerte en el trabajo” que se irá replicando mientras “no se mande al basurero de la historia la reforma laboral”. Y a partir de ahí comenzó el discurso más en clave política navarra, centrado en criticar al Gobierno foral por haber retirado a UGT y CCOO de la gestión de la prevención de riesgos laborales en medio de un pico de accidentes laborales y por mantener “dos deudas”: el diálogo social y el plan de empleo, medida “urgente y prioritaria” que exigirán “al nuevo gobierno que salga de las urnas el 26 de mayo”. “Durante estos cuatro años el Gobierno ha despreciado la mano tendida del sindicalismo de clase para asentar la recuperación por satisfacer a los sindicatos de su cuerda”, consideró Santos, que remató diciendo que “la coordinadora del no” -se supone que se referirá al cuatripartito- que se opone “a infraestructuras básicas como el TAV y el Canal” son una “rémora” para Navarra. “Por eso, ni un voto para partidos que no se comprometan con los anhelos y necesidades de las trabajadoras”.

El siguiente en hablar fue Chechu Rodríguez, que desarrolló la última gran intervención antes de que Amaya Villanueva (UGT) cerrase el acto. Rodríguez arrancó con la petición expresa al PSOE de que no pacte con Ciudadanos, porque CCOO no quiere “un gobierno del Ibex 35”, sino un gobierno “estable, de izquierdas”, que garantice “el fin de la avaricia patronal, el reparto de la riqueza a través de la negociación colectiva y los medios para combatir la siniestralidad laboral”.

Tras alabar el papel de los sindicatos como “espacios de protección y creación de conciencia” en coyunturas -como la actual- en la que son más importantes que nunca, Rodríguez reclamó la derogación de la “devastadora” reforma laboral, que sólo ha conseguido que “la derecha y la patronal aumenten sus beneficios” a costa de las vidas y salarios de los trabajadores. Y coincidió con UGT en reclamar la vuelta del diálogo social como “herramienta de estabilidad institucional” que “nunca puede verse paralizada por la inacción interesada de la política”. Por último, reivindicó la fuerza del feminismo y la necesidad de ofrecer una salida integradora a la crisis de los refugiados -frente a la ola ultra europea- y abogó nuevamente, para concluir, por un gobierno “social y progresista” en Navarra, alejado de opciones que “no suman, sino que restan derechos, libertades, autonomía y democracia”.

Asistentes. Fueron aproximadamente 3.000 las personas que secundaron la marcha conjunta de UGT y CCOO, según los datos de la organización. Entre ellas, la líder del PSN, María Chivite; la parlamentaria socialista Ainhoa Unzu; la candidata de I-E al Parlamento, Marisa de Simón; e Iñaki Bernal, hasta las últimas elecciones senador de I-E; entre otros. También pasó por allí Adriana Maldonado, número quince en la lista del PSOE al Parlamento Europeo.

Lemas. La pancarta principal rezaba: La lucha continúa, + derechos, + igualdad, + cohesión. Detrás, otros lemas en liza en el movimiento sindical: Vivas, libres, unidas, berdintasunaren alde para reclamar igualdad; Pensiones dignas para todas las personas; y Que el trabajo no nos cueste la vida, para denunciar una lacra tristemente al alza, como es la siniestralidad laboral en Navarra.