pamplona - A pesar de los cambios fiscales, de la reforma de 2015-16 y de sus matizaciones posteriores, del ruido político y de las declaraciones empresariales, los números muestran la misma obstinación que de costumbre. Y concluyen que la presión fiscal sigue siendo en Navarra una de las más reducidas de Europa Occidental e inferior, por ejemplo, la que se registra en la Comunidad Autónoma Vasca, donde la recaudación corresponde también a las haciendas forales.

De hecho, en 2019, Hacienda Foral de Navarra ingresó 3.941,1 millones de euros, lo que supone un 18,87% de un PIB que el año pasado ascendió a unos 20.900 millones de euros, tras crecer en torno a un 2,5%. Estas cifras sitúan la capacidad recaudatoria del Gobierno de Navarra (o dicho de otro modo, la presión fiscal de los impuestos concertados) en niveles similares o incluso ligeramente inferiores a los de hace dos décadas. Apenas dos puntos por encima a los de 2013, en medio de una crisis que hundió los ingresos públicos y solo un punto por encima de 2015, cuando el nuevo Gobierno, presidido por Uxue Barkos, aprobó una suave reforma fiscal.

Aquel año, se recaudaron 3.198,4 millones de euros, lo que suponía un 17.62% del PIB. Desde entonces, Navarra ha incrementado su capacidad recaudatoria de forma notable (en torno a 800 millones de euros), de la mano tanto del crecimiento económico como de ciertas modificaciones. En este tiempo, el PIB de Navarra ha pasado de 18.146 millones a unos 20.900, con lo que el peso de estos ingresos respecto al PIB queda todavía en un 18,87%. Es decir, una parte de este leve incremento puede deberse a la reforma fiscal, pero la propia elasticidad de la recaudación, que crece con el ciclo económico, también explica una parte de este crecimiento. De hecho, la presión fiscal (recaudación fiscal respecto al PIB) alcanzó sus máximos en plena burbuja inmobiliaria, con un 21,80% en el año 2005.

El comportamiento de los ingresos públicos muestra asimismo una cierta insuficiencia en la capacidad recaudatoria de Navarra. Así, en 2018, la presión fiscal de los impuestos concertados en la Comunidad Autónoma Vasca superó el 20,3%, una cifra que podría incluso superarse este año, cuando los ingresos fiscales podrían crecer de manera notable, hasta los 15.700 millones de euros. Esta diferencia no es atribuible a los tipos -en Navarra son similares o incluso más altos en algunos impuestos- sino a distintos factores. Por un lado una muy superior aportación del IVA; y, por otro, a que las bases imponibles de Navarra son menores, como consecuencia tanto de los menores salarios y resultados empresariales, como de un generosos régimen de beneficios fiscales que está drenando la capacidad recaudatoria de algunos impuestos.

El caso más llamativo es el del Impuesto de Sociedades, que en el año 2007 aportó a las arcas forales unas 591 millones de euros, el 16,7% del total y que el año pasado, apenas 274 millones de euros, un 7%. La capacidad recaudatoria del impuesto es asimismo muy inferior a la del año 1999, cuando Sociedades aportaba el 13,4%.

Con ello, el sistema fiscal navarro se sostiene cada vez en mayor medida en las rentas del trabajo, aquellas que aportan sobre todo los asalariados mediante el IRPF. Si en el año 1999 suponían apenas el 30% de los ingresos, hoy rozan ya el 40%.

40% presión fiscal UE

Según los últimos datos comparados, la presión fiscal total (impuestos, tasas y cotizaciones sociales) alcanzaba en la Unión Europea por término medio el 40% del PIB, mientras que en España se quedaba cerca del 35%. En Navarra rondaba en 2017 el 32%. Francia, con un 48,6% es país con mayores ingresos públicos respecto a su PIB. En el otro extremo, Irlanda recauda apenas el equivalente al 25% de su PIB.