El próximo 30 de junio la peseta dirá adiós definitivamente, después de 134 años en los que ha sido testigo de la historia de España. Ese miércoles, según un real decreto ley aprobado por el Gobierno el pasado noviembre, será el último día en el que se podrá canjear dicha moneda por euros en el Banco de España.

Inicialmente, el plazo fijado para cambiar las antiguas pesetas finalizaba el 31 de diciembre de 2020 pero, ante las dificultades que surgieron como consecuencia de la pandemia, se amplió el periodo.

Así, a partir del 1 de julio, las pesetas se convertirán en un recuerdo para quienes las conocieron o en piezas de coleccionistas, y los más jóvenes sabrán de ellas por los libros de historia y por el testimonio de sus padres y abuelos.

Once días antes de su despedida, el 19 de junio, se cumplirán veinte años desde que la Fabrica Nacional de Moneda y Timbre (FNMT) acuñara la última peseta.

La peseta nació el 19 de octubre de 1868 por decreto del Gobierno Provisional tras el derrocamiento de Isabel II y su fabricación terminó el 19 de junio de 2001.

La última moneda acuñada fue de 100 pesetas y reproducía la imagen de Hispania, la misma que apareció en la primera emisión de 1869.

Aunque han pasado ya dos décadas desde que la peseta se dejara de usar, los españoles mantienen en sus manos piezas por valor de 1.586 millones de euros, un volumen que se ha ido reduciendo, aunque lentamente, en los últimos meses, pero que se ha acelerado en las últimas semanas.

A principios de año, el volumen de monedas y billetes en pesetas que aún guardaban los españoles alcanzaba los 1.589 millones, con lo que, hasta abril, solo se habían canjeado tres millones.

Según el Banco de España, informa Efe, durante los primeros meses del año 2021, el canje medio semanal se mantuvo estable en torno a 300.000 euros. Sin embargo, a partir de finales de abril ha experimentado un "incremento significativo", ya que ha pasado de un importe canjeado equivalente a 225.000 euros en la semana del 19 al 23 de abril, a un valor de 605.700 euros durante la semana del 31 de mayo al 4 de junio. Así, el importe del canje medio semanal durante mayo ascendió a 475.900 euros.

CURIOSIDADES

España usó la peseta desde el año 1869, y 132 años después, la Real Casa de la Moneda acuñó la última de estas piezas. Tras esta emisión se procedió a inutilizar el troquel que grababa su anverso y reverso. El ministro de Economía de entonces, Rodrigo Rato, fue el encargado de oprimir el interruptor del troquel.

Aunque ese 19 de junio de 2001 se dio por concluida la fabricación de las monedas en pesetas, la rubia prosiguió en circulación hasta el 28 de febrero de 2002, después de dos meses de convivencia con el euro, que se convirtió en la única divisa válida a partir del 1 de marzo de ese año.

Y con el euro llegó, al principio la ardua conversión mental de un euro por 166 pesetas, aunque duró poco. Pronto se redondearon los precios, y lo que antes costaba 100 pesetas, pasó a costar un euro.

Hasta el reinado de Alfonso XIII (1902-1931), las monedas eran de oro, plata y bronce, y a partir de entonces fueron de cobre, aluminio y níquel. Los billetes no se pusieron en circulación hasta el 1 de julio de 1874 y fueron de 25, 50, 100, 500 y 1.000 pesetas.

Así se despide la peseta, una moneda que además de ser conocida como la rubia, por ser de latón, también será recordada como la lenteja, por su minúsculo tamaño (desde 1989 y hasta 2001 la peseta medía 14 milímetros de diámetro), o la perra gorda. En este último caso, la moneda de cobre de 10 céntimos tenía en el reverso la figura de un león que sostenía el escudo de España. Sin embargo, en lugar del león mucha gente lo que veía era un perro.