Cargar los autobuses eléctricos de forma rápida y eficiente; aprovechar para ello la luz del sol, almacenar el excedente en baterías recicladas y prever incluso cuándo hacerlo, en función de los tiempos de llegada, de la duración de las estancias o incluso de la evolución meteorológica.

Todo ello, una microrred eléctrica renovables, es ya una realidad en las instalaciones de la Universidad Pública de Navarra y ha sido presentado en la mañana del martes en el aulario, donde el consejero de Desarrollo Económico, Mikel Irujo, y el rector de la universidad, Ramón Gonzalo. "Es una iniciativa que recoge todos los pilares del autoconsumo", ha explicado Irujo, quien ha destacado que iniciativas como esta convierten a Navarra en bandera de la sostenibilidad.

El proyecto, integrado parcialmente en Stardust -con el objetivo de hacer de Pamplona una ciudad inteligente- y coordinado por Cener, ha sido desarrollado por investigadores del Instituto de Smart Cities de la Universidad Publica de Navarra. Y en él han colaborado empresas como BeePlanet, Eosol e Ingeteam. La instalación (placas solares, conversores, baterías, red) dispondrá asimismo de una web específica y un puesto de monitorización en el propio aulario, que mostrará en tiempo real los flujos energéticos.

Baterías de carga en el aulario de la UPNA

Pablo Sanchís Gúrpide, investigador y profesor de ingeniería eléctrica, ha coordinado a un equipo de ocho personas que ha probado el funcionamiento de la instalación y los algoritmos desarrollados, que tiene entre sus fines "disminuir los picos de demanda de los autobuses y gestionar de forma inteligente la carga de las baterías", con 84kw hora y procedentes de Nissan Leaf. "El equivalente a cuatro vehículos completos", explica Leyre Cruz, la ingeniera de Bee Planet responsable del proyecto. La empresa navarra, en pleno crecimiento, se encarga de gestionar estas baterías de segundo uso, a las que añade su electrónica de control. "Las batería están compuestas por material reutilizable en un 90", explica Jon Asín, CEO de la empresa.

La participación de BeePlanet añade circularidad a un proyecto donde también colabora la Mancomunidad de la Comarca de Pamplona, responsable del transporte público. "Vamos a añadir 20 autobuses eléctricos entre 2023 y 2024", explica Álvaro Miranda, director de innovación de la Mancomunidad, quien explica que para ello se han solicitado fondos europeos. Los nuevos autobuses, a diferencia de los actuales, que se cargan en la parada, llenarán sus baterías de noche en las cocheras de Ezkaba.

Los servicios públicos de transporte son un campo de pruebas excelente para el desarrollo de estas redes inteligentes de recarga, pero su puesta en marcha presenta diferentes retos. "En primer lugar, la carga de autobuses está sujeta al cumplimiento de horarios y frecuencias previstas", explica Pablo Sanchís. "Por ello -añade- el tiempo que la villavesa permanece parada en la estación de cabecera es clave para garantizar una carga suficiente del sistema de almacenamiento eléctrico del autobús. "En segundo lugar, el limitado tiempo de carga del vehículo implica una potencia eléctrica muy elevada para asegurar la carga, añade Sanchís.

Uxue Itoiz, Ramón Gonzalo y Mikel Irujo, en la UPNA

La capacidad de suministro de este pico de potencia depende las características de la red eléctrica de distribución a la que se conecte la estación de carga. "El mejor acceso a estas redes no tiene por qué coincidir con la ubicación de las estaciones de cabecera de las líneas de autobuses, lo que puede suponer una limitación adicional para el despliegue de la flota urbana de autobuses eléctricos. Además, el aumento del consumo eléctrico previsto puede suponer una aliciente adicional para instalar unidades de generación renovable fotovoltaica que traten de reequilibrar la generación y la demanda de electricidad en una ciudad como Pamplona", indica el coordinador del proyecto quien señala que, por ejemplo, cada vez un mayor número de personas accede a la UPNA en vehículos eléctricos, desde patinetes hasta, en un futuro no muy lejanos, coches.

Junto a Sanchís han trabajador en este proyecto Alberto Berrueta Irigoyen, Elsa Braco Sola, Luis Marroyo Palomo, Iñaki Ojer Palacios, Julio Pascual Miqueleiz, Guillermo Puy Pérez de Laborda, Idoia, San Martín Biurrun, Adrián Soto Cabria y Alfredo Ursua Rubio.