Un primer semestre al tran tran, con 12 días de ERTE, y una segunda mitad del año a todo gas, con cientos de eventuales de nuevo en las cadenas y trabajo durante los fines de semana. Así parece que va a ser el año en Volkswagen Navarra, el primer empleador de la Comunidad Foral, que hace unos días vio confirmada su producción para este año y que deberá aplicar desplazamientos de pausas y contratar a unas 400 personas entre julio y diciembre.

La explicación oficial es la misma de los últimos meses: ahora faltan piezas, pero habrá de sobra en los próximos meses, una vez que el suministro se vaya regularizando. La noticia, sin embargo, generó sorpresa en parte de la plantilla y sindicatos como CGT calificaban como "pretextos", los argumentos datos por la empresa. "En los primeros 5 meses de este año ya ha hecho uso del ERTE, aprobado por el Gobierno de Navarra hasta el 30 de junio, durante 12 días en los cuales ha enviado a la plantilla a casa ahorrándose varios millones de euros en salarios y cotizaciones a la seguridad social, las cuales corren a cargo de la prestación de desempleo de los trabajadores y trabajadoras", señala.

En ese contexto, asegura el sindicato, "bajo la premisa del mantenimiento del empleo, el Gobierno de Navarra no duda en destinar una parte de nuestros presupuestos para educación, sanidad o servicios sociales al mantenimiento de los beneficios de la multinacional como si, con los más de 15.800 millones de beneficio neto del 2022, no pudiese afrontar unos días de cierre sin poner en riesgo su viabilidad económica".

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A su juicio, aquí radica "el fraude al erario público", porque la empresa dice ahora "que dispone de piezas suficientes" y se dispone a fabricar los coches en la segunda mitad del año, echando mano, eso sí, de trabajadores sensiblemente más baratos. "El empleo que va a generar para ello, implantando medidas de flexibilidad, va a ser al 75% de la categoría más baja de la fábrica, lo cual incrementará sus beneficios por coche debido al menor coste de fabricación". Debido a ello y a las "millonarias ayudas recibidas que deberán sumarse a los beneficios íntegros por cumplir los objetivos marcados" CGT considera "que la multinacional debería devolver tanto a la plantilla como al erario público hasta el último centavo que nos han costado los días de ERTE"

"Es un hecho constatado el uso (en muchas ocasiones pudiendo llegar a ser fraudulento) que las grandes multinacionales hacen de los ERTE para cargar sobre las espaldas de sus plantillas y el maltrecho erario público las carencias organizativas del trabajo, traducidas en días de cierre cuando no van a producir al 100% de su capacidad", resume CGT