Miren Azkona, natural de Falces y de 39 años, ha iniciado una nueva etapa profesional vinculada al sector primario tras años dedicada a la distribución de flores. Lo ha hecho con una apuesta agrícola doble: almendros y olivos. “Por motivos familiares teníamos unas hectáreas de tierra y decidimos poner almendros. A raíz de eso surgió la oportunidad de acceder a un comunal en el Ayuntamiento y, tras hablarlo con mi pareja y mi familia, decidimos poner olivos”, explica.
La explotación es todavía reciente. “Los olivos llevan solo un año, así que aún no producen. La almendra empezó a dar producción el año pasado, pero este año esperamos más, si el tiempo lo permite”, indica. De momento, la venta se realiza a través de la cooperativa, aunque no descarta otras vías de comercialización más adelante.
El paso al campo ha sido progresivo y ha requerido formación específica. Azkona ha participado en un curso del programa INTIA para adquirir los conocimientos necesarios en el sector. “Ha sido complicado, porque lo he compaginado con mi hijo, con mi trabajo y con todo. Pero había que hacerlo. Es un curso que nos da oportunidades, y había que aprovecharlo”, afirma.
Demasiada burocracia
Uno de los aspectos más difíciles del proceso ha sido, según relata, la burocracia asociada al acceso a ayudas, trámites y subvenciones. “Te desquicias con todos los papeles que hacen falta para todo esto. Es lo que más se me ha hecho cuesta arriba”, denuncia. “Sobre el tema de los árboles y los tratamientos que necesitan vas aprendiendo poco a poco… pero los papeles son lo más complicado”, insiste.
El vínculo con el campo le viene de cerca. Aunque su actividad profesional principal ha sido hasta ahora, y va a seguir siendo, la venta de flores a floristerías —a través de una empresa familiar—, el entorno agrícola siempre ha estado presente en su vida. “Mi familia también tiene invernaderos de tomate. Es algo que siempre he tenido cerca. El campo siempre ha estado ahí”, apunta.
A pesar de la inversión que ha supuesto la puesta en marcha de la explotación, Azkona tiene claro que este es el camino que quiere explorar. “Es algo que me gusta. ¿Y por qué no intentarlo? Es el momento”. Asimismo, destaca el papel clave del sector primario en la lucha contra la despoblación por su capacidad para “fijar población en los pueblos”.