Diálogosdnn: Navarra se conecta al futuro: la electrónica se abre paso como motor estratégico

Ya casi todo es automático y si todavía no lo es, lo será. Con esa certeza, Navarra ha situado la electrónica entre los sectores emergentes llamados a diversificar su industria en los próximos años. Con 29 empresas, 600 empleos y una facturación conjunta de 236 millones, el sector crece al ritmo de una demanda global que no deja de acelerarse. Y lo hace desde una posición de partida privilegiada: una región reconocida en 2025 como la líder del sur de Europa en automatización y robótica industrial.

Para analizar este sector, tan poco conocido como determinante, el diálogo organizado por DIARIO DE NOTICIAS, con el patrocinio del Gobierno de Navarra y Laboral Kutxa, reunió a Íñigo Arruti, director general de Fomento Empresarial e Infraestructuras del Ejecutivo foral, y Juanje Alberdi, directivo del Grupo Azkoyen.

Mientras el mercado global proyecta crecimiento para este sector del entorno del 50%, no hay duda de que la electrónica es clave para la economía. En este contexto, el Gobierno de Navarra revisa su inclusión dentro de la estrategia industrial Navarra S4. Así lo subrayó Arruti: “Estamos analizando si sectores emergentes como la electrónica deben elevarse a categoría estratégica. Y creemos que Navarra tiene fortalezas para hacerlo. Una de ellas es disponer de toda la cadena de valor integrada: diseño, fabricación, ensamblaje y validación. En una comunidad no demasiado grande es un hecho excepcional. No es habitual tenerlo todo, y debemos sentirnos orgullosos”.

Desde la perspectiva empresarial, Alberdi coincidió en el diagnóstico: “La electrónica es transversal. Sin ella no existirían la automatización ni la robótica y tampoco las aplicaciones agrícolas, industriales o de servicios que hoy manejamos con naturalidad”. Además, recordó que empresas como Azkoyen llevan décadas generando un ecosistema local, del que han surgido compañías especializadas con capacidad de diseñar y fabricar tecnología propia. Ingredientes que sitúan a Navarra en un bueno punto de partida ante la creciente demanda mundial de este tipo de producción.

El crecimiento, además, está garantizado por su propio efecto arrastre. “Si necesitamos datos, necesitamos sensorización. Y para sensorizar necesitamos electrónica”, resumió Alberdi. “En un mundo donde cada proceso se mide, se conecta y se optimiza, la demanda se multiplica. Desde sistemas de pago inteligentes hasta control de presencia, pasando por máquinas de vending hiperconectadas o soluciones para agricultura de precisión: todo exige electrónica avanzada, procesamiento rápido y servicios basados en datos”, dijo.

Potencialidad, capacidad y talento

Mirando al futuro, Arruti recordó que el Gobierno foral ha mapeado el sector para planificar apoyos específicos: “Estamos al inicio de la partida. Sabemos quién hace qué y dónde están las fortalezas y debilidades para actuar en consecuencia. Navarra debe apoyar este sector porque se lo ha ganado por derecho propio”.

Uno de los desafíos centrales es el talento. Ambos coinciden en que no basta con atraer perfiles altamente cualificados: es imprescindible fortalecer la Formación Profesional y ajustar expectativas y competencias. “Tenemos que desmitificar el talento. No todo pasa por las élites: la FP es clave y puede cubrir muchas funciones que hoy sobrecualificamos. Es decir, si sobrecualificamos no se cubren las expectativas ni de las personas que realizan los trabajos ni de la demanda de las empresas”, advirtió Alberdi.

Arruti, por su parte, incidió en que la captación de personal cualificado ya es un reto europeo generalizado. Especialmente en zonas apartadas de los centros de actividad principales, como la capital: “Debemos hacer atractivas todas las ubicaciones de Navarra para que las personas puedan desarrollar allí su proyecto de vida”, señaló.

La internacionalización aparece como otra palanca decisiva. Tal y como recordó Arruti, “Navarra ya lidera las exportaciones per cápita del Estado, con una balanza de pagos extraordinariamente positiva. Para mantener esta posición hay que cambiar continuamente; si hacemos lo mismo, solo podemos empeorar”, advirtió. Por ello, el Plan de Internacionalización (PIN5) incorpora medidas específicas para que las empresas electrónicas escalen en mercados exteriores y en relaciones institucionales.

Respecto a la potencialidad de las alianzas público-privadas, ambos coincidieron en que deben intensificarse, especialmente en materia de innovación abierta. “Las empresas ya corremos para mantenernos en el sitio”, explicó Alberdi, “por eso necesitamos centros tecnológicos y universidades que vayan dos pasos por delante”. Un papel, que lidera el Gobierno de Navarra tal como señaló Arruti: “Nuestro papel es coordinador. Tenemos clientes: las empresas. Ellas deben indicar qué necesitan y nosotros ejecutarlo”.

Por último, y de cara a los próximos tres a cinco años, el diagnóstico es optimista. “Tenemos una joya de sector: 29 empresas, de las cuales 23 son pymes y 6 ya son grandes. Y lo más importante: el 86% tiene capital navarro. Eso es arraigo, y es único”, concluyó Arruti. Mientras desde el Grupo Azkoyen, Alberdi añadió que “la clave será consolidar nuevas compañías capaces de convertir datos en servicios de valor añadido”, al tiempo que la universidad y los centros tecnológicos incorporan tecnologías emergentes para anticiparse al mercado.

En definitiva, Navarra, ha encontrado en la electrónica un ámbito de oportunidad certera, basada en capacidades reales, tejido local y una demanda global que no deja de crecer. Un sector discreto, pero esencial, que empieza a ocupar el lugar estratégico que merece.