En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).
Viloria, visita en imágenes al pueblo de las últimas carboneras de Navarra
Jesús Diges / EFE
En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).
Viloria, visita en imágenes al pueblo de las últimas carboneras de Navarra
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En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).
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En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).
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En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).
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En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).
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En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).
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En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).
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En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).
Viloria: visita en imágenes al pueblo de las últimas carboneras de Navarra
EFE
En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).
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EFE
En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).
En Lokiz todavía huele a carbón. Ese olor a leña cocida, que inundó el pueblo y el valle de Lana hasta mitad del s. XX, ahora solo llega de las carboneras de Miguel, que ayudado por su mujer Mertxe y su hijo Arkaitz son los últimos carboneros en tan ancestral oficio. Aprovechan el verano para cocer madera de encina. El carbón irá a los mejores asadores del país. Una carbonera tarda en cocerse unos 15 días. Hay que vigilarla y añadir “betagarri“ (madera para que no se produzcan vacíos).