Le costó cuatro meses acceder a la alineación, pero desde diciembre se ha erigido en un valor sólido en la zona ancha, capaz de compaginar con naturalidad las tareas de contención y la distribución. Al verle semana tras semana, parece mentira que el navarro Beñat Prados lleve tan poco tiempo en la categoría.

Viajan a Las Palmas. En la primera vuelta, derrotar a los canarios conllevó un gran esfuerzo, marcaron en el tiempo añadido. Fue uno de sus primeros partidos como titular.

Es un recién ascendido y la gente puede quedarse con eso, pero juega muy bien y aquel día, ganar nos costó un montón. Tuvimos que ir uno a uno a apretarles, pero no supimos rentabilizarlo y marcamos muy al final. Es lo que tiene de bonito competir durante todo el partido, hasta que termina.

La constancia, el esfuerzo, la intensidad, son señas de identidad del Athletic y características que se aprecian en su forma de jugar.

Sí, es algo que tengo. Ir a todo, pelear cada balón, ir a muerte en cada duelo. Es una cosa que nunca me va a faltar. Puedes estar más o menos acertado con el balón, pero el trabajo en el Athletic no es negociable.

Su perfil en categorías inferiores se asociaba más al de un buen jugador con balón, de visión, creativo.

Es verdad que en categorías inferiores me costaba más todo lo relativo a las disputas y demás; pero ya me decían entonces que, si no mejoraba en las facetas sin balón, me resultaría imposible llegar arriba. Poco a poco fui creciendo en eso, con Joseba Etxeberria en el filial estuve jugando de medio centro único y luego, en el Mirandés, también me tocó hacer de tercer central.

Ha evolucionado siendo consciente de lo que necesitaba.

Es que, tal y como juega el Athletic, cómo presiona en grupo y sale a por el contrario, no queda otra que adaptarse. Si no tienes eso, no puedes jugar. Es así.

De un tiempo a esta parte vive una situación ideal, no solo en lo personal, también por la trayectoria del equipo.

Esto tampoco me lo esperaba. Es mi primera temporada en el primer equipo y no podía imaginar que me iría tan bien; que, por ejemplo, solo perdiésemos un partido en casa y el equipo estuviese donde está en la clasificación, y además nos meteríamos en la final de Copa. De todas formas, en el vestuario ya nos han dicho a los jóvenes que no nos acostumbremos a esto, que está yendo todo muy bien, pero que no suele ser lo normal.

Pues no, ahí están las seis campañas anteriores.

Por eso. Nos dicen que hay épocas malas y que llegarán más adelante, por lo que hay que seguir concentrados, sin pensar todavía en celebraciones ni nada por el estilo.

La del pasado verano no fue su primera pretemporada con los de arriba.

Empecé a entrenar sin saber si me iba a quedar en el equipo. Yo llegué dispuesto a convencer al entrenador, pero desconocía lo que iba a pasar conmigo. Aunque al principio no participaba, no sé si por suerte o por qué me pude hacer un hueco. Nadie podía prever que de repente habría dos o tres medios lesionados y tuve entonces la oportunidad de ser titular contra el Granada. Creo que hice un buen partido y pude seguir entrando. Si no juegas, hay que estar listo y trabajar mucho, más incluso que cuando juegas, para estar a punto el día en que hay un hueco.

“En categorías inferiores me costaba, pero ya me decían entonces que si no mejoraba sin balón nunca llegaría arriba”

Dos años antes, apenas pudo asomar la cabeza, enseguida fue devuelto al filial.

Sí, eso fue con Marcelino. Empecé la pretemporada, a veces entrenaba con ellos y a veces con el Bilbao Athletic. No estaba del todo preparado, así lo entendió el entrenador y, como era joven y necesitaba minutos de juego, vi bien volver al filial para acumular partidos y estar integrado en el grupo. Era mejor que entrenar arriba y jugar abajo. Me lo tomé de buena manera. El año fue duro en el Bilbao Athletic, pero logramos mantener la categoría.

Y el año siguiente, en verano, marchó cedido al Mirandés.

Ya veía las cosas diferente. Creía que sería capaz de convencer a Valverde para quedarme. También debo decir que la pretemporada no me salió como esta última, no me sentía tan seguro como este año. Por otra parte, había muchos jugadores en mi posición y era complicado que tuviese oportunidades. Valverde comentó que me iría bien jugar en Segunda, una categoría muy exigente. Así que estuve en el Mirandés sumando minutos de competición, un paso más en mi evolución.

A la tercera, la vencida; pero seguía habiendo mucha competencia en el centro del campo.

Ya digo que no sabía qué pasaría. Si Valverde me dice que no cuenta conmigo, por supuesto que hubiese ido cedido a algún sitio. Pero también valoraba que podía ser positivo para mí estar todo el año entrenando con esta plantilla, aunque cabía la posibilidad de que no jugase nada.

“Cuando te ponen de lateral o de central, lo que toca es callar y apechugar porque nunca sabes lo que pasará luego”

Asumió un riesgo al quedarse.

Pero quería ver si entraba en la rueda. Y, como he dicho antes, el hecho de trabajar a diario en un nivel superior es algo que podía necesitar. Para un joven que quiere aprender es una forma de progresar. Era cuestión de adaptarse o morir. Si no logras seguir el ritmo, te vas quedando atrás. Hoy puedo decir que lo he notado mucho.

Y pese a ello, le ha costado. Hasta diciembre, descontados los cruces de Copa con Rubí y Cayón, no actuó de inicio y en su puesto, no de lateral.

Suponía que podía ser así. Valverde vio bien que me quedase en el grupo y me pedía que me amoldase a más posiciones. Cuando te ponen de lateral, lo que toca es callar y seguir adelante. Como si te ponen de central.

Estuvo de central frente al Valencia, casi media hora.

Tienes que apechugar con esa clase de situaciones porque nunca sabes qué pasará luego. Contra el Granada jugué de medio y era algo que no esperaba. Tienes que estar preparado si no eres un habitual. El otro día contra el Barcelona en liga, nos salió un buen partido y en el once coincidió bastante gente que no venía jugando con asiduidad.

Pero usted siempre ha sido medio centro.

Desde los 14 años. Con esa edad alternaba la defensa y la media, pero se lesionó un compañero y ya no volví a la defensa. Tengo que decir que Valverde en los entrenamientos me ha probado de lateral y de central. Es algo que desde fuera no se ve, que no se sabe y a lo mejor por eso no encajaba que tuviese minutos en esas posiciones.

Para un medio, bajar a la defensa puede resultar más sencillo que a la inversa.

Cada puesto tiene sus cosas, que hay que aprender, pero desde luego es más fácil destruir que crear. Cuanto más arriba juegas, más difícil es. Por eso los mejor pagados suelen ser los de arriba.

Lo más llamativo de su caso, sería que desde que se estrenó en la zona ancha, ofrece un rendimiento sostenido. Habrá habido días mejores y peores, pero usted no ha desentonado nunca, es justo al revés.

Es posible que nadie confiase en que un jugador que casi no había participado diese un buen nivel.

Ya, pero viendo cómo se desenvuelve, causa extrañeza que hubiera que aguardar cuatro meses para comprobarlo.

No sé explicarlo. Supongo que hay futbolistas que aprovechan su oportunidad y cuando salen al campo en partido oficial lo hacen mejor que en los entrenamientos. Como he dicho, era difícil pensar que, sin haber competido en Primera, me fuese a salir bien. Yo veía una oportunidad y no pensé mucho más. Lo único que tuve claro es que me iba a dejar el alma en el campo porque no podía saber si más tarde llegaría otra posibilidad de entrar en el equipo.

¿Los robos, intercepciones y el terreno que abarca, son el reflejo de eso que comenta de dejarse el alma?

Son aspectos que he trabajado y mejorado. En la faceta con el balón, si sigo aquí, también iré notando la mejoría. En esto último, pienso que mi margen de mejora es mayor, aunque haya avanzado en estos meses.

En sus primeras actuaciones, era común que solicitase el cambio cuando el partido entraba en la fase final.

Pedía el cambio porque tenía calambres. Poco a poco vas cogiendo el tono que exige la categoría. Mi idea es que, si me ponen de titular en San Mamés, prefiero dejar todo lo que tengo en vez de dosificar fuerzas para poder acabar el partido. Si pido el cambio porque no puedo más, lo pido. Lo que no haré es ir con el freno de mano echado. Es verdad que en los primeros partidos terminé reventado. En los más recientes, eso me ha pasado menos. Hay que hacerse al ritmo y en el Athletic se corre mucho.

El destino quiso que su debut con el Athletic fuese en Pamplona, la ciudad donde nació.

Sí, tuve los primeros minutos en El Sadar. Debutar en tu tierra es algo bonito. Estaban allí mi familia y muchos amigos. Lo vivieron y se emocionaron conmigo. Encima, ganamos y no digo esto porque fuese contra Osasuna, no. Lo digo porque la sensación del debut con victoria es inmejorable.

“Iremos con todo, a hacerlo bien en los partidos previos porque si te pasas el día pensando en la final, mal asunto”

Hablemos del ansiado objetivo, de Europa.

Ahora mismo, lo único en lo que pensamos es en luchar hasta el último día. No se nos puede escapar.

No debería.

Mejor que este año no lo vamos a tener, pero en el fútbol no conviene adelantarse a los acontecimientos.

Doce partidos por disputarse, once de liga y la final. Con ganar este, lo lograrían. Delante, el Mallorca, que no es el favorito.

Es lo que se dice, lo que escuchamos, pero no es fácil meterle mano al Mallorca. Mira lo que le pasó a la Real. Por supuesto que iremos con todo y por eso es importante hacerlo bien en los partidos previos a esa final. Si te pasas el día entero pensando en la final, mal asunto. Lo que nos ha llevado a esa final o a estar quintos, ha sido ir a tope en cada partido en los dos campeonatos.

Por tanto, el foco puesto en el Estadio de Gran Canaria.

Claro, es lo que no se nos puede ir de la cabeza. Ganar a Las Palmas es dar un zarpazo más.

¿Cuándo acaba contrato?

En junio de 2025. Yo ahora no pienso en eso, solo me preocupa jugar lo máximo posible.

Igual en el club si lo tienen en mente.

No lo sé, para estas cuestiones ya está mi agente.

Pero tendrá una perspectiva de futuro más allá de la campaña vigente.

Las cosas están saliendo bastante bien, pero de verdad que no pienso en lo que traerá el futuro. Bastante tengo con centrarme en la dinámica del trabajo diario.

Ha contado en alguna ocasión que su identificación con el Athletic es de siempre.

Sí porque en el barrio teníamos al filial del Athletic, el Txantrea. Ellos te inculcan eso y lo tenía muy claro. Solíamos ir a jugar torneos, te dejaban la ropa y esas cosas a un niño le enganchan. Porque en casa no se veía fútbol. Ni mis padres ni mis hermanos eran futboleros.

Pues parece que se ha salido con la suya y se ha convertido, junto a Paredes, en la gran noticia de la temporada.

Por eso estoy feliz, no tengo que pensar en otra cosa. Me alegro un montón por Paredes, con él he jugado mucho en el filial. Ya está a la altura de los otros dos centrales. Pero no somos él y yo únicamente, están Unai, Adu, Jauregizar,… Esto habla muy bien del Athletic y del trabajo que se ha estado haciendo en la cantera todos estos años atrás. En un espacio corto de tiempo, hemos llegado arriba y peleamos por un puesto.