La Fiscalía navarra reclama tres años de prisión para cuatro jóvenes, vinculados a Indar Gorri, por un delito de coacciones con la agravante de discriminación por ideología y nación después de haber protagonizado diversos altercados contra aficionados que acudían a presenciar en El Sadar en octubre de 2022 el encuentro internacional amistoso entre las selecciones femeninas de España y Estados Unidos. Además, el Ministerio Fiscal pide que se imponga a los procesados la prohibición de acudir a una distancia inferior a 600 metros del estadio de El Sadar durante cinco años. El juicio se celebrará próximamente en un juzgado penal de Pamplona.
Según el escrito de acusación del Ministerio Público, los acusados, "puestos previamente de acuerdo y en compañía de un grupo de personas no identificadas", sobre las 19.00 horas del 11 de octubre de 2022 se reunieron en las inmediaciones del estadio, antes de la celebración del partido de fútbol amistoso.
La acusación pública sostiene que “a medida que se iban acercando aficionados al estadio, los acusados y su grupo, con ánimo de menospreciarles por la condición de la nacionalidad española y por la ideología fascista que los acusados les atribuían, por ser claramente contraria a las que ellos profesaban, y con la firme intención de impedirles el acceso al campo de fútbol, se dirigieron a gritos a estas personas como muestra de su desprecio a todo aquello que tiene relación con la nación española, ya que se dirigieron especialmente a las personas que portaban banderas, camisetas o bufandas de la selección española repitiendo varias veces expresiones como: “puta España, puta selección, españoles hijos de puta, euskal presoak, fascistas, vasallos del Estado español, española ez ikurriña bai”.
Seguidamente, los acusados, junto con los restantes miembros del grupo, se acercaron a la puerta número 17 mientras seguían profiriendo gritos con la misma finalidad, siendo entonces interceptados por dotaciones de Policía Nacional que formaron un cordón de seguridad para evitarlo.
En su día, al comunicarse las detenciones, Indar Gorri decidió cesar la animación durante la primera parte del partido que tenía que disputar en aquella fecha contra el Espanyol, "dejándonos la voz en la segunda mitad como hemos hecho desde 1987. Errepresioriz ez, Sadarren inposiziorik ez”.