El 6 de septiembre de 2009 arrancaba la edición 11 de Gran Hermano. La casa de Guadalix de la Sierra abría sus puertas a personajes que darían tanto que hablar durante los próximos años como Carolina Sobe, Nagore Robles (con su inolvidable expulsión con el 95% de los votos, el máximo histórico del reality) o el apodado delfín de Irun. Quien se escondía detrás de ese mote tan característico y bien puesto era Arturo Requejo, un joven irundarra de 32 años que, a pesar de no hacerse con el premio, protagonizó una de las tramas más interesantes de la edición.

El guipuzcoano, que aguantó 123 días en la casa, mantuvo una relación con la malagueña Indhira Kalvani que pasó los límites de la amistad. Su historia de amor, que incluyó las escenas más íntimas de la historia del reality, terminó y quedó lejos de ser un final feliz. Y todo por un vaso de agua. La malagueña se vio superada por un ataque de celos cuando vio que una compañera de concurso, Carol Lavín, se fijó en el delfín de Irun y decidió tirarle un vaso de agua. El acto de venganza le valió la expulsión disciplinaria. En este caso, a la malagueña no le funcionó el famoso “ojo de loca no se equivoca” porque el delfín de Irun sí tuvo otro affaire dentro del concurso, pero no con Lavín, sino con la rusa Tatiana Malyshkina. Con esta sí pareció acabar bien porque tras finalizar el concurso llegaron a compartir piso en Madrid junto a Nagore Robles.

Carne de ‘reality’

A estas alturas, el delfín de Irún era carne de reality y Mediaset lo sabía. Al poco de salir, volvió a Guadalix de la Sierra para Gran Hermano: El Reencuentro emitido en 2010, donde no duró mucho tiempo. Esta vez la culpa fue de un vaso de kalimotxo. El guipuzcoano, tras un enfrentamiento con Indhira, lanzó su vaso de kalimotxo en la comida de la malagueña. A este el acto de venganza también le valió la expulsión disciplinaria. Después, participó en tertulias televisivas y realities de lo más diversos: luchó en los desafíos para pelear por comida en Supervivientes 2011, buscó el amor con Arantxa Alarcón en Mujeres y Hombres y Viceversa y demostró sus dotes acuáticas en ¡Mira quién salta! Este último lo ganó con dedicatoria incluida a su pareja en ese momento, la cantante Merche, con la que estuvo casi una década. “¡Esto va para mi Merche!”, dijo el guipuzcoano en la final de una edición que juntó a los mejores saltadores de ediciones anteriores. Contra él competían Víctor Janeiro, Verónica Hidalgo, Fortu Sánchez, Raquel Mosquera, Patricia Martínez, Maribel Sanz y Sergi Capdevila.

Tras su paso por la telerrealidad, Requejo comenzó a hacer sus pinitos en la ficción con cameos en series como Irrikitown o Esposados. Sin embargo, en 2014 el delfín de Irun tomó la decisión de despedirse del foco mediático. “En televisión tenía un personaje que no es muy compatible con una relación seria y estable. Entonces, para ganarme el corazón de Merche y su confianza, tuve que decidir entre lo que quería y no”, confesó para una revista en 2015. El guipuzcoano aseguró que la trayectoria televisiva acumulada le sirvió para darse cuenta de que prefería estar detrás de las cámaras. “Estar delante de una cámara es muy difícil, estás siempre en la boca de todos y a veces te metes en unos berenjenales que luego tienes detrás un montón de gente maldiciéndote y eso es muy cansino”, explicó en la misma entrevista. 

Ese fue uno de los motivos por los que realizó un curso de Pro Tools y otro de técnico de sonido que no solo le sirvió para echar una mano a Merche en la producción de sus canciones, sino también para preparar sus propios proyectos. En 2016, Requejo sacó adelante el cortometraje Madrid Gangster en el que, además de ser jefe de producción, actuaba como “el tipo alocado que todos llevamos dentro”. En sus metas ya figuraba el convertirse en director con ideas propias para un futuro proyecto cinematográfico.

De delfín a hippie

Y, una vez alejado de los focos y con nuevos objetivos, el delfín se convirtió en hippie. Los problemas económicos de la cantante llevaron a la pareja y a la hija de ella a adoptar un nuevo estilo de vida. Abandonaron su chalet en Madrid para mudarse a la Sierra madrileña, abrazaron lo eco-friendly y empezaron a cultivar verduras y criar gallinas. En 2017, Merche aparecía en televisión agradeciendo a Arturo su apoyo: “Cuando te llega un varapalo de este tamaño es cuando te das cuenta de las personas que te quieren y la gente que estaba a tu lado por estar. Él me ha demostrado que es un auténtico campeón y un padre maravilloso”. Su nueva vida en las afueras iba sobre ruedas mientras Arturo elaboraba sus propios jabones, jarabes caseros y toallitas desmaquilladoras para la cantante. “Hemos formado una familia muy bonita y estoy feliz. Mis riquezas son mi familia y me siento la mujer más millonaria del mundo”, contó Merche.

Arturo Requejo.

Arturo Requejo. @arturoecolife

Sin embargo, la ruptura definitiva y mediáticamente silenciosa de la pareja en 2020 llevó a Arturo a una vida aún más bohemia. El guipuzcoano pasó de ser uno de los rostros televisivos más conocidos de comienzos de 2010 a ser prácticamente anónimo e instalarse en Letur, un pueblo de Albacete, en el que no depende de servicios externos. En su perfil de Instagram y TikTok, @arturoecolife, donde acumula más de 70.000 seguidores, contaba su acierto al apostar por una vida sencilla, en conexión con la naturaleza: “Hace un tiempo decidí dejar atrás el ajetreo de la ciudad y mudarme a un pueblo. Al principio era solo una idea, pero cuando lo hice, ¡vaya cambio! Ha sido una de las mejores decisiones que he tomado”. 

Tanta es la calma con la que vive ahora Requejo que ni siquiera fue consciente del apagón que tuvo lugar el 28 de abril en la península ibérica. Mientras la mayoría echó de menos la luz sobre las 12.00 horas, Arturo no se enteró hasta que salió a comprar a las 19.00. “Ya sabéis los que me seguís desde hace tiempo que llevo preparándome desde hace años. En esta casa vivimos 100% independientes de suministro eléctrico”, contó en sus redes sociales. El de Irun genera la calefacción con una hoguera de leña que calienta 17 radiadores, defiende los beneficios del agua de mar y muestra cómo prepara su propio protector solar. El asunto del apagón le sirvió para pregonar más sugerencias y sacar su lado más ecológico: “Ese trozo de plástico que no sirve para nada más que esclavizarte. Seguro que, a partir de hoy vas a ir al cajero y vas a sacar dinero por si pasa otra urgencia como la de hoy, que seguro que no es la única vez que pasa”.

Absorto y experto ya en lo rural, Requejo ha hablado en numerosas ocasiones de las ventajas de su nueva vida: “Tiene su encanto. Las casas y los alquileres son mucho más baratos y, lo mejor de todo, ¡ahora tengo espacio para lo que siempre quise!”. Además, siempre que puede aprovecha para dar consejos a sus seguidores. “Siempre tenéis la posibilidad de iros a vivir a una zona rural para poder ser un poquito más independientes. Tened siempre preparado efectivo, un hornillo, linterna y radio con pilas para enteraros de lo que pasa. Y una despensa, por supuesto”, recomienda desde Albacete.