Maite Robles no solo es estudiante de Enseñanzas Profesionales de Artes Plásticas y Diseño, sino que también es ilustradora por cuenta propia. De hecho, presenta su trabajo principalmente en su Instagram, @kraftiarte, donde ofrece ilustración editorial, packaging y dirección de arte para marcas con encargos disponibles desde Durango.

es estudiante de Enseñanzas Profesionales de Artes Plásticas y Diseño koyomii / Cedida

“Siempre he dibujado; es algo que me acompaña desde que tengo memoria”, detalla la creadora. Y es que empezó ilustrando sus ideas “casi por instinto”, y con el tiempo entendió que la ilustración era su forma de expresarse y de contar historias visuales. “Hoy lo que me mueve es poder transformar esas ideas en imágenes que conecten con la gente y den vida a proyectos reales”, cuenta Robles.

Maite Robles presenta su trabajo principalmente en su Instagram, '@kraftiarte'. koyomii / Cedida

Un estilo propio

La artista nunca se ha formado profesionalmente en ilustración, dado que ha sido algo que ha aprendido por su cuenta. Al principio, dibujaba por diversión, pero poco a poco fue observando, practicando y experimentando hasta desarrollar su propio estilo. “Sigo aprendiendo constantemente: cada dibujo nuevo me enseña algo, y cada error se convierte en una oportunidad para mejorar”, destaca.

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El tiempo que Robles invierte en cada creación, depende mucho del tipo de trabajo. Hay ilustraciones “más espontáneas” que puede terminar en unas horas o un día, y otras más elaboradas, donde busca un resultado más técnico o conceptual que pueden llevarle varios días. “Disfruto especialmente del proceso, desde los bocetos iniciales hasta ver cómo va tomando forma la idea final”, especifica. 

La artista nunca se ha formado profesionalmente en ilustración. Cedida

Materiales accesibles

Para la ilustradora de Durango es bastante fácil conseguir los materiales que necesita. Actualmente, realiza sus ilustraciones de manera digital, ya que con el tiempo “ha podido permitirse una tablet”, pero siempre ha dibujado de forma analógica, con lápiz y tinta; incluso también suele publicar ilustraciones en este formato. “Estos materiales siguen dando muy buenos resultados, son accesibles y además suelen gustar mucho a la gente”, puntualiza.

Si Robles tuviera que darle un consejo a alguien que quisiera empezar a ilustrar, “le diría que no tenga miedo a mostrar su mundo”. De hecho, la ilustradora lo argumenta desde su punto de vista: “Muchas veces, lo que nosotros consideramos mediocre o poco valioso al público le parece interesante o atractivo, porque solemos ser mucho más críticos con nuestro propio trabajo de lo que otros lo son. Por eso, si tienes alguna idea loca, apúntala en una libreta y dale vida, nunca sabes hasta dónde puede llegar”.

Es cierto que, cuando empezó, le hubiera gustado saber “que no hace falta ser experto para empezar a compartir lo que haces”. Antes, le costaba mostrar sus dibujos por miedo a que no fueran suficientes, pero entendió que cada fase del proceso tiene valor. “Mostrar tu evolución inspira a otros que están empezando, al mismo tiempo que los demás te nutren para seguir avanzando”, expresa.

Para Maite Robles 'cada fase del proceso tiene valor'. Cedida

Asimismo, mira al futuro con ilusión y con el deseo de seguir evolucionando en el ámbito de la ilustración, pues le gustaría poder colaborar en proyectos reales que le permitan aplicar lo que ya sabe y aprender nuevas experiencias. “Creo que estoy en una etapa en la que busco dar el salto de compartir mi trabajo en redes a formar parte de proyectos creativos más amplios”, concluye.

Pura creatividad con o sin redes 

La ilustradora Maite Robles siente que las redes sociales le han ayudado “muchísimo” a dar a conocer su trabajo, pues gracias a ellas mucha gente ve sus dibujos, comenta cosas bonitas y eso le motiva “un montón” a seguir creando: “Me gusta sentir que lo que hago llega a otras personas, aunque no siempre se traduzca en encargos o trabajos. Para mí, compartir en redes en una forma de mantener viva esa conexión con la gente, y también de ver cómo evoluciona mi estilo con el tiempo”.

Maite Robles se ha formado como ilustradora por su cuenta. Cedida

Si las redes desaparecieran, “seguiría dibujando igual”, ya que las considera una ventana muy útil, pero su motivación no viene de ahí. Si no existieran, la creadora buscaría otros medios para mostrar su trabajo, como ferias o colaboraciones locales. “Lo importante para mí siempre es crear y comunicar visualmente, con o sin redes”, destaca. Su comunidad “es pequeña, pero muy fiel”, y eso es lo que más valora. Cree que la clave está en ser constante y mantener la autenticidad, sin intentar parecerse a nadie: “Cuando dibujas lo que realmente te gusta, se nota y eso acaba atrayendo a la gente adecuada”.

De los tropiezos al reconocimiento: un viaje artístico

Aunque no suele recibir muchos encargos, uno de los proyectos más curiosos que ha hecho Maite Robles fue un diseño para un parche de bombo de batería. “Me pareció un reto divertido, porque no es un soporte habitual para ilustrar, y eso me obligó a pensar en la composición y la visibilidad de otra forma. Al final, fue una experiencia diferente y de la quedé bastante orgullosa”, puntualiza.

Por otro lado, la ilustradora cree que las anécdotas “más destacables” pueden ser “las que son un poco amargas realmente”, ya que son las que te enseñan más y te permiten ganar experiencia y conocimientos.

La creadora siempre ha dibujado. Cedida

“En mi caso, al principio me sentía algo desplazada en la universidad de Bellas Artes, y eso me llevó a dejar la carrera”, cuenta. También recuerda que ha pasado por momentos frustrantes: “No ganar concursos o incluso ver cómo algunas de mis obras eran plagiadas”. Sin embargo, todas esas experiencias le han hecho más fuerte y consciente de lo que quiere transmitir con su arte. “Hoy, gracias a ellas, siento que mi trabajo está empezando a ser realmente valorado, y que puedo llegar mucho más lejos en lo que hago”, finaliza.