Perurena no pudo con los 300 kilos

El joven de Leitza estuvo a punto de conseguir la marca, ya que logró levantar la mole rectangular hasta el pecho. Sin embargo, no fue capaz de rematar la faena con el último golpe, el empujón que le permitiría alzar la piedra hasta el hombro. Decepcionado, pero no derrotado, el levantador de piedras aseguró que hoy mismo volvería a entrenar con el propósito de ingresar en el selecto club de los 300 kilos.

"Es una pena porque llevaba tiempo preparando la prueba, pero la piedra ha podido conmigo. El deporte es así. No me queda más remedio que seguir intentándolo", explicó el deportista tras el intento fallido, sin entrar a concretar nuevas fechas.

Era la segunda vez que Perurena trataba de levantar 300 kilos. La primera fue el 31 de diciembre de 2009 en Asteasu, donde un mal movimiento acabó con la piedra y el sueño del leitzarra. Al igual que ayer, el harrijasotzaile estuvo a punto de conseguirlo, pero cuando ya tenía la piedra sobre su hombro, se le desniveló y cayó al suelo haciéndose pedazos. Aquella vez no pudo ni intentar una segunda alzada.

Superado el trance, el deportista se fijó el objetivo de volver a intentarlo, pero una inoportuna hernia le obligó a aplazar la fecha y a cambiar la forma de levantar las piedras. Tal y como explicó, desde entonces, practica el deporte más erguido y con los brazos más estirados para evitar el pinchado de la hernia.

Dos intentos Pero ni la nueva postura ni los ánimos de sus vecinos sirvieron ayer para alcanzar su sueño. Acompañado por su hermano Xabier, el joven se presentó ante el abarrotado frontón Amazabal con el objetivo de quitarse la espina de Asteasu.

Todo comenzó a la perfección. En primer lugar, procedió a levantar sendas piedras de 200 y 250 kilos, prueba suficiente para sentirse capaz de intentar el reto. Así que los jueces le dieron el visto bueno y Perurena se fue a por la mole de 300 kilos. Fue entonces cuando empezaron las complicaciones.

En el primer intento consiguió levantar la piedra hasta el pecho, pero le faltó fuerza para subirla hasta el hombro. Y, tras dos minutos de enorme concentración en los que no faltaron los ánimos del público, procedió con en el segundo, en el que volvió a ocurrir lo mismo: a falta del último impulso, tuvo que desistir.

"He estado a punto, pero me ha faltado explosividad. Desde primera hora de la mañana he notado un temblor extraño en las piernas y es posible que eso haya repercutido", explicó el deportista para recordar que los dolores de la hernia le han impedido participar en exhibiciones en los últimos meses.

Sin poder disimular la desilusión, el harrijasotzaile se entregó al público y aceptó gustosamente el ramo de flores que le entregó Lontxo Perurena en representación de los compañeros de Okille, el taller en el que trabajan las personas con discapacidad de Leitza.

Habrá que esperar para saber cuándo vuelve a intentarlo y si logra pasar a engrosar la lista de cuatro hombres que pudieron con los 300 kilos. El récord absoluto de la especialidad lo ostenta el leitzarra Mieltxo Saralegi, con 329 kilos en 2001; al que le sigue el propio padre de Inaxio, Iñaki Perurena, con los 320 kilos que levantó en 1994. Un año antes, el guipuzcoano Josemari Otaegi, conocido como Gabitegi, logró levantar la mole rectangular de 300 kilos.

Aizkolaris Aunque Perurena y su piedra de 300 kilos fueran los protagonistas indiscutibles de ayer, la cita también acogió exhibiciones de aizkolaris y harrijasotzailes. En primer lugar, Eneko Saralegi ofreció una demostración de cortes con hacha en altura y, posteriormente, se midieron las parejas de los aizkolaris Ruben Saralegi y Mikel Larrañana y los leitzarras Arkaitz Olano y Jon Rekondo.

La competición estuvo más que reñida entre los cuatro jóvenes, pero, finalmente, Larrañaga y Saralegi lograron imponerse por una diferencia de únicamente 15 segundos.

Seguidamente, como aperitivo al intento de récord de Perurena, el harrijasotzaile leitzarra Josetxo Urrutia deleitó al público con alzadas de piedras de 125 y 153 kilos.