La titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Pamplona decretó el jueves el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza de tres miembros del grupo organizado desarticulado esta semana por la Policía Foral y la Policía Municipal de Pamplona, que acumula casi 200 antecedentes por delitos violentos. Considera a estos tres integrantes, de origen argelino y dos de ellos hermanos, como los cabecillas de la banda y así lo refleja en el auto judicial.
Las detenciones, enmarcadas en la llamada operación Karpi, que sigue abierta, se desarrollaron el pasado martes en los barrios de la Rochapea, Casco Viejo, Etxabakoitz y la Milagrosa, donde residen los arrestados, autores de numerosos hechos delictivos. De forma coordinada entre los dos cuerpos policiales, y con la intervención de más de 50 agentes.
Actúan de manera concertada
La jueza refleja que "existen indicios sólidos de que estos tres investigados (junto a los dos en libertad) forman parte de un grupo de personas que sin alcanzar la estructura necesaria para la ser considerado organización criminal, sí actúan de manera concertada, incrementando con ello un plus de peligrosidad a cuanto hacen individualmente, a los distintos ilícitos que cometen, siendo estos además no solo diversos en su naturaleza, delitos contra el patrimonio, hurtos, robo con violencia e intimidación, delitos contra la integridad física, entre los que se encuentran lesiones graves con instrumentos peligrosos, delitos de amenazas y aun contra la administración de justicia, como reiterados y habituales".
Indicios sólidos y procedimientos anteriores
La magistrada recalca que se dicen que son indicios sólidos contra ellos según el atestado y la investigación conjunta llevada a cabo por la Policía Foral de Navarra con la Policía Municipal de Pamplona, que han puesto de manifiesto fotogramas extraídos de las grabaciones, así como manifestaciones de testigos y denunciantes, y la relación no solo de actuaciones policiales que han tenido con ellos, sino los procedimientos judiciales en trámite a que los ilícitos penales han ido dando lugar. Muchos de estos antecedentes policiales se encuentran en trámites de ser juzgados.
Frente a dichos indicios, los detenidos negaron en la comparecencia judicial "formar un grupo, sosteniendo que se conocen de vista, porque todos son argelinos, y que además, afirman hace tiempo que no se hablan, a pesar de que las últimas actuaciones policiales con ellos han sido en mayo y en junio".
Los tres que van a prisión
Uno de los investigados que ha sido enviado a prisión es considerado por los testigos "como el líder, el capo", y este afirmó ante la jueza que salvo con su hermano (que también va a prisión), no se relaciona con nadie, que solo saluda pero que no está con nadie, se niega a acudir a bares, afirma ser tranquilo y no violento". Frente a su testimonio, se alzan los fotogramas, así como de las manifestaciones testificales que lo sitúan con otros miembros, por ejemplo en los centros de salud con otro detenido, y a pesar de los procedimientos que tiene abiertos por lesiones graves con instrumentos peligrosos". Del mismo modo "y a pesar de que dice no ir a bares ha sido reconocido por los hosteleros que han solicitado protección, así como por las médicas de los centros de salud referidos y aun por farmacéuticas, a las que del mismo modo ha acudido para la adquisición de las pastillas (tranquilizantes) para su posterior venta por otros miembros del grupo".
En el mismo auto, el hermano del anterior también afirma "que no forma parte de ningún grupo, que conoce a los chicos de la calle a los que intenta ayudar, pero niega relacionarse con quienes aparece en los fotogramas, así como con quienes ha sido también identificado en las múltiples actuaciones policiales por la comisión de hechos ilícitos". Igualmente asegura "también ser tranquilo y no ser violento, no obstante lo cual son varios los procedimientos judiciales que tiene abiertos por peleas, lesiones con instrumento peligroso, riñas tumultuarias, entre otros, así como delitos contra la salud pública y contra el patrimonio, siendo varios los hurtos en que ha sido denunciado".
Por último, sobre el tercer investigado enviado a prisión "existen los mismos indicios tanto de participación en hechos delictivos con los hermanos anteriormente citados como de la relación con éstos, siendo que "él mismo sostiene también en su declaración que hace tiempo que no tiene relación con ellos, y que hace tiempo que ha cambiado de vida, siendo que hace una semana que está trabajando en el campo, y varios meses que no quiere estar con personas que se metan en líos".
A pesar de ello, obra en el atestado instruido, que ha sido identificado junto al anterior por un robo con violencia este mismo mes. Y además acude con él a los centros de salud, tanto de Ermitagaña como de la Rochapea "para solicitar medicación, que dice tener prescrita, no siendo sin embargo tal y como el mismo reconoce, ser éstos sus centros de salud. Han sido varios los médicos y una farmacéutica los que han afirmado que se agita y enfada cuando se le dice que no se le puede prescribir más ni que puede retirar más medicación, intimidándolos él mismo y el investigado anterior".
Neutralizar el riesgo de fuga y evitar la reiteración delictiva
Por tal motivo, la jueza decidió en los tres casos enviarles a prisión provisional, comunicada y sin fianza para "neutralizar el riesgo de fuga, puesto que, sin perjuicio de las penas que le puedan corresponder por los delitos cometidos, como se ha dicho, por formar parte de grupo criminal, la pena puede ser de hasta 4 años, siendo que ninguno de los tres tiene arraigo alguno en España, ni trabajo, ni familia". Además, argumentó la magistrada, procede además la medida de prisión "para evitar la reiteración delictiva, y asimismo para proteger a quienes los han identificado y han manifestado sentir miedo, siendo que muchos de ellos han solicitado incluso alejamiento. No puede obviarse que han sido ya denunciados por amenazar con la finalidad de que se retirara la denuncia por el denunciante".