pamplona - Mito y leyenda rojiblanca, Luis Aragonés estuvo cerca de ocupar el banquillo del Bernabéu a finales de 1990, cuando por aquel entonces era técnico del Espanyol.

El sabio de Hortaleza estuvo en el club del Manzanares como jugador entre 1964 y 1974, ganándose el corazón de los aficionados y convirtiéndose en toda una institución para los colchoneros. Como entrenador del Atlético tuvo varias etapas: 1974-1980, 1982-1987, 1991-1993 y 2001-2003.

Sin embargo, la historia de Luis pudo cambiar aquel noviembre, tentado por la suculenta oferta de ocupar el banquillo del eterno rival. “Me ilusiona una posible oferta del Real Madrid: sería la oportunidad de mi vida”, recalcó Aragonés. Sobre la dificultad legal de dirigir dos clubes la misma temporada, Luis se mostraba esperanzado. “Desconozco la reglamentación que regula esta cuestión, pero supongo que llegado el caso no sería un obstáculo insalvable”, dijo ante los medios.

Ese intercambio de mimos entre Luis y el equipo merengue no sentó bien a la directiva del club blanquiazul que no pensaba desprenderse de su técnico.

Julio Pardo, presidente del Espanyol, declaró que no sucumbirían a las “exigencias imperialistas” del Madrid y aseguró que “su situación contractual no va a variar”.

Pardo, molesto por el hecho de que el Real entrara como elefante en cacharrería en la vida de su club afirmó que no quería “enjuiciar si hacer esa oferta es ético o no”.

Luis Aragonés y Real Madrid volvieron a cruzar sus caminos en infinidad de ocasiones desde entonces, pero siempre como rivales. Quizás, el sabio, fue el mejor entrenador que el Madrid nunca tuvo.