pamplona - Florentino Pérez está vinculado al Real Madrid absolutamente. Incluso le ha dado un sentido trágico a su vida como mandatario del club en el que, a pesar de andar de aquí para allá en algunas de sus decisiones, se ha erigido como elemento crucial en éxitos y fracasos.

En esta segunda cara de la moneda debía estar pensando el entonces presidente del Real Madrid cuando hace diez años, el 27 de febrero de 2006, decidió que se había convertido en un problema para su amado equipo y debía marcharse. El Real Madrid caminaba hacia su tercera temporada sin rascar bola, sin sumar títulos, y eso se convirtió en un peso insoportable. En una junta directiva extraordinaria celebrada en el Bernabéu, la misma junta nombró por unanimidad al nuevo presidente, el vocal Fernando Martín, un empresario inmobiliario que debía ocupar el cargo hasta las elecciones previstas para 2008, año en el que termina el actual ciclo presidencial. Como principal argumento de su decisión, Florentino expuso la necesidad de activar un “revulsivo” que inspire a una plantilla que cree confundida para que mejore sus resultados deportivos. “Soy un tapón que es necesario quitar”.

Dos Ligas españolas, una Liga de Campeones y una Copa Intercontinental había logrado el equipo bajo su mandato. Florentino Pérez había llegado a la presidencia, de manera sorprendente, el 16 de julio de 2000. Lorenzo Sanz había convocado elecciones anticipadas, convencido de que la Copa de Europa -la octava del club, segunda con él- recién ganada sería suficiente crédito para que los socios le apoyaran. Pero en el mapa electoral apareció Florentino con una carta en la manga: el fichaje de Figo, capitán e icono que era por entonces del Barça. Y, con Figo por bandera, ganó las elecciones con 3.167 votos de ventaja sobre Sanz.

Una Liga conquistó Florentino Pérez en su primer año de mandato con Vicente del Bosque en el banquillo. No contento con ello, forzó al límite para contratar al que consideraba “un jugador nacido para el Madrid: Zidane”. Con semejante discurso presentó al astro francés, convertido, gracias a los 75 millones de euros que el Madrid pagó por él al Juventus, en el fichaje más caro de la historia del fútbol.

Con Zidane llegó la Copa de Europa. Su gol al Bayer Leverkusen en la final se convertiría en una de las imágenes más recordadas del torneo. Después se acuñó un término que venía a resumir el ideario deportivo de Pérez: “Zidanes y Pavones”, las estrellas y la cantera, jugadores consagrados y gente de la casa. Y llegó Ronaldo tras una impresionante pugna con el Inter, el propietario del jugador. Conquistó el Madrid su tercera Copa Intercontinental y al año siguiente atrapó otra Liga, también con Del Bosque en el banquillo. Fue aquél el último gran éxito deportivo del equipo. Del Bosque fue despedido y a Hierro, el capitán, se le impidió renovar su contrato. Llegó Carlos Queiroz al banquillo y el Madrid fichó a Beckham.

En 2004 se celebraron elecciones a la presidencia. Lorenzo Sanz volvió a probar suerte y perdió. Desde entonces, el Madrid siguió siendo una máquina de ganar dinero, pero no volvió a levantar un trofeo. - D.N.

La situación. Florentino había llegado a la presidencia de forma sorprendente en las elecciones de julio de 2000, donde superó a Lorenzo Sanz.

López Caro. El entrenador del Real Madrid era entonces López Caro, que había subido desde el filial para relevar a Vanderlei Luxemburgo, relevado en la 14ª jornada de Liga.

La derrota. Florentino se fue después de que su equipo hubiese perdido en Mallorca (2-1). En aquel equipo militaban Zidane, Beckam, Cristiano Ronaldo, Baptista, Robinho y algún valor emergente, como Sergio Ramos. El Real Madird terminó segundo la Liga tras el Barcelona.