Gran parte de la población acostumbra a acudir a diario a trabajar (y a regresar después) en un vehículo particular, y la rutina de ese viaje, que es siempre igual y conocido de sobra, lleva a cometer al volante errores que pueden tener graves consecuencias.

Esos fallos pueden resumirse en diez, como ha detectado Norauto Soluciones Pro, que considera que los más comunes son los siguientes:

Subestimar el trayecto

El primero es subestimar el trayecto, realizar una conducción automática y no descansar. Por mucho que hayamos ido y vuelto por esa carretera cientos o miles de veces, las circunstancias (atascos, obras, meteorología adversa) siempre pueden cambiar y es imprescindible centrarse en la conducción.

Descuidar el mantenimiento

Otro fallo es preocuparse del mantenimiento del vehículo sólo en los desplazamientos largos. Es habitual dejar la puesta a punto del coche para antes de vacaciones o de emprender un viaje largo. Pero las averías surgen cuando surgen y pueden llegar en un trayecto corto. El vehículo debe estar en perfectas condiciones siempre.

Desconocer novedades de la DGT

Desconocer las últimas normas de la DGT y no refrescar conocimientos es algo que un conductor tampoco se puede permitir, porque la movilidad cambia y la normativa se va actualizando conforme a la nueva realidad.

Comportamientos de riesgo

El cuarto error es no ser conscientes de aquellos hábitos o comportamientos de riesgo, como conducir con el brazo en la ventanilla, fumando o con el móvil en la mano.

No planificar la entrada y salida

Tampoco es recomendable no planificar la entrada y la salida del trabajo. Se recomienda salir con tiempo y evitar las horas punta (si se puede), ya que a mayor tráfico hay más riesgo de sufrir un accidente. Además, los atascos incrementan el estrés por la posibilidad de llegar tarde.

Convertir el coche en una oficina

Se debe evitar convertir el vehículo en una oficina y realizar durante la conducción llamadas de negocio, consultar el correo electrónico o tener reuniones a través del manos libres. Son acciones que suponen una gran distracción al volante y que además incrementan el estrés. Toda la atención debe estar puesta siempre en la carretera.

Conducir bajo estrés o cansancio

El séptimo error es conducir bajo estrés o cansancio. No es bueno ir al volante con la cabeza puesta en otros asuntos, como por ejemplo los laborales. Tampoco lo es conducir fatigado, ya que en cualquier momento puede aparecer la somnolencia, con el riesgo que conlleva.

No tener en cuenta la medicación

No tener en cuenta la medicación que se toma es el octavo fallo, porque puede afectar directamente a la capacidad de conducir. Hay muchos medicamentos que están contraindicados, con lo que es muy importante consultar el prospecto y, ante la duda, resolver las cuestiones ante un médico o un farmacéutico.

No cumplir las normas

La novena incorrección es cometer imprudencias y no cumplir con las normas de circulación. Por mucho que sea un trayecto corto, las reglas hay que respetarlas de igual manera en todo momento y circunstancia.

No respetar a los otros usuarios

Y el último error es no respetar al resto de los usuarios de la vía, que en las ciudades son más y también son más vulnerables al convivir los conductores de coches con peatones, ciclistas, usuarios de patinetes eléctricos y motociclistas, entre otros.

69% del total de los accidentes laborales de tráfico.

Según el INE, en 2022 en España más del 60% de los desplazamientos al trabajo se realizaron en coche privado, con lo que 14,1 millones de personas acuden a su jornada laboral en su propio vehículo. En ese año se registraron más de 73.500 accidentes laborales de tráfico, de los que el 69% (más de 50.000, con 132 fallecidos) se produjeron in itinere, o sea, en carretera en el trayecto al trabajo o en el regreso. En cambio, sólo el 31% tuvo lugar durante la jornada laboral.