Síguenos en redes sociales:

Novedades importantes

Novedades importantes

HACÍA muchos, muchos años que no se hablaba tanto de la Curia, durante tanto tiempo seguido y tan mal; y todo en vísperas de un Cónclave precedido por una novedad relevante: la renuncia de un Papa cuando menos se lo esperaban incluso sus propios cardenales. Es la primera vez que se elige a un Papa sudamericano, y la primera que llega tan alto un jesuita. Carlo Mª Martini habrá sonreído desde el cielo. Había dos candidatos argentinos y este era el más papable de los dos -el otro me hubiese preocupado muchísimo si hubiese sido el elegido- aunque Mario Bergoglio no estaba en las principales quinielas; sin embargo, estuvo bien cerca de ser Papa cuando Joseph Ratzinger se convirtió en Benedicto XVI. También es la primera vez que se recuerde que un Papa recién elegido se pone a rezar en su primera aparición. Es decir, a comunicarse con Dios en comunidad reivindicando algo que un cristiano nunca debe obviar. Y, por último, es el primer Papa que se pone de nombre Francisco, no sé si por el ecumenismo audaz de Francisco Javier, jesuita como él, o por la sencillez franciscana, de la que siempre ha hecho gala. Desde luego que todos hablan de su sencillez. De extracción humilde, cuentan que es enemigo de apariciones estridentes, rehuye ser estrella en los medios de comunicación pero es muy cercano a la gente. En este sentido, su aparente perfil bajo en realidad es de un muy alto perfil evangélico cuando sabemos que su vida al frente de la Iglesia argentina ha sido austera y rigurosa sin que se le caiga el anillo por trasladarse en transporte público como un pasajero más. Leo con gusto que, cuando viaja a Roma, no le gusta mostrarse con los atributos de un cardenal. Por eso es frecuente verlo con un sobretodo negro, para no hacer ostentación de la llamativa vestimenta de los purpurados. Además, cuando el Papa lo proclamó cardenal, a diferencia de otros, no se compró una vestimenta nueva, sino que ordenó arreglar la que usaba su antecesor.

Su sencillez no está reñida con su compromiso social. Recordemos que ha sido muy crítico con la corrupción argentina y en concreto con la actitud de Ernesto Kirchner y Cristina Fernández en los temas de la corrupción y de los dineros; su postura frente a la represión indiscriminada ante las protestas del corralito fue contundente: tras la masacre de Cromagnon, criticó al gobierno y recorrió hospitales para estar al lado de los heridos y familiares de las víctimas. Ernesto y Cristina nunca le han perdonado su verdadero liderazgo de servicio mientras oscurecía el de ellos. Viene bien un perfil para que reaccionemos y recuperemos las mejores señas de identidad cristianas, lejos del poder terrenal con el que tendrá que lidiar como Papa al frente de la Curia romana.

Como buen jesuita, también es un hombre culto; es ingeniero químico de formación además de un gran lector clásico, amante de Dostoievski y de su paisano Borges, nada menos. Y como guinda, destaca su sensibilidad ecuménica; no parece estar encastillado en la ortodoxia católica sino que es frecuente su presencia en actos ecuménicos e interreligiosos. Desde luego no es el perfil curial tan querido por algunos, ni el boato es su seña de identidad. No es poco. Y todas las novedades en estos primeros minutos de su pontificado apuntan al epicentro evangélico. Y eso significaría alegría y esperanza para todos, no solo para los católicos. Laus Deo.