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Los unionistas norirlandeses pierden la mayoría en Stormont

Su apretada victoria por solo un escaño sobre el Sinn Féin les impedirá ejercer el derecho a veto

Los unionistas norirlandeses pierden la mayoría en StormontFoto: F.D.

Durante años el Partido Democrático Unionista gobernó en Irlanda del Norte en mayoría, es decir, con más de 30 escaños. Sin embargo, su apretada victoria en las elecciones de jueves les dejó a tan solo un punto del Sinn Féin y les hace olvidarse del derecho a veto que tenían hasta ahora en la Asamblea de Stormont.

El DUP sigue siendo el partido más representado en Stormont, que cuenta a partir de ahora con 90 asientos frente a los 108 del pasado, en una reducción para intentar recortar gastos. En las que fueron las segundas elecciones en apenas diez meses, el Sinn Féin consiguió 27 escaños, un resultado histórico que le permitió borrar la brecha con los unionistas, que les ganaron por la diferencia mínima de apenas 1.168 votos. Los demás escaños fueron para el Partido Verde de Irlanda del Norte (2 escaños) y uno para cada uno de: Voz Tradicional Unionista (TUV), la Alianza La Gente antes que el Beneficio (PBP) y un candidato independiente.

La líder unionista, Arlene Foster, criticada por su gestión de un escándalo financiero detectado en la política de energías alternativas, no tiene ahora vía libre para poner en marcha leyes contra el matrimonio homosexual, el aborto y la política lingüística. Mientras las criticas sobre su idoneidad para el puesto son cuestionadas por muchos, ayer se limitó a comentar que “parece que ha sido un buen día para el Sinn Féin”.

Sin embargo, para el diputado unionista Jeffrey Donaldson no hay dudas sobre el futuro de Foster, ni de que esta política volverá a liderar el Gobierno de Stormont. “No soy consciente de ninguna elección en el pasado donde el líder del partido más grande dimitiese porque ganase las elecciones”, puntualizó Donaldson. Sin embargo, sí llamó a aprender la lección y entender lo que la gente “pidió en esta elección y cuáles son los mensajes claves”.

Una lectura bien diferente hizo el presidente del Sinn Féin, Gerry Adams, para quien los norirlandeses votaron oponiéndose a la salida del Reino Unido de la Unión Europea. “Es una reafirmación de nuestra posición sobre el Brexit, que esta parte de Irlanda debe tener designado un estatus especial”, puntualizó Adams.

En el referéndum de 2016, Irlanda del Norte votó con un 56% seguir en la UE, un caso similar al de Escocia y contrario al resultado general del Reino Unido. “Es un voto por la unidad irlandesa, un voto para que nosotros estemos juntos como pueblo. Como Ian Paisley le dijo a Martin McGuinness, no necesitamos al inglés para gobernarnos”, recordó Gerry Adams.

Unionistas y nacionalistas tienen ahora tres semanas para llegar a un acuerdo. Están forzados a entenderse, aunque el ambiente de la campaña electoral dejase ver sus numerosas diferencias, porque así lo recoge el Acuerdo del Viernes Santo con el que se puso fin al conflicto de tres décadas en este territorio.

De no llegar al entendimiento entre las dos principales formaciones políticas, la administración de Irlanda del Norte pasa directamente a las manos de Londres. Algunas voces, como la antigua primera ministra de Irlanda del Norte Theresa Villiers, consideran que Londres debería legislar para darle al DUP y Sinn Féin más tiempo para negociar.

Esta fue la segunda vez en diez meses que Irlanda del Norte ha ido a las urnas. La administración anterior se terminó en enero, cuando el histórico líder del Sinn Féin Martin McGuinness dimitió y forzó las elecciones. Días más tarde decía temporalmente adiós a la política, aquejado de una grave enfermedad.

Relevo generacional Esta apresurada salida dio paso a un relevo generacional en las filas del Sinn Féin, el antiguo brazo político del IRA, de la mano de Michelle O’Neill, de 40 años. Ayer, pletórica tras conocer el resultado de su formación, describió la jornada como “un día brillante para la igualdad y un gran día para la democracia”.

Así, O’Neil hizo referencia a la alta participación, de más del 65%, casi diez puntos porcentuales más que en las elecciones celebradas el año pasado. “Creo que es porque la gente sabía que tenía que hacerlo, ellos han dado su opinión. Ahora tenemos que pasar a la acción y arreglar lo que está mal”, dejó claro.

Uno de los que no esperó a saber el resultado final tras el largo proceso de recuento para anunciar su dimisión fue Mike Nesbittl. Hasta ahora líder del Partido Unionista del Ulster (UUP), había pronosticado una fuerte victoria para su partido, pero las urnas no le respaldaron y le dieron un total de 10 frente a los 16 que tenía en el pasado. “Algún día Irlanda del Norte votará como una democracia normal. Vamos a votar en una elección post-sectaria, pero ahora está claro que no va a suceder durante la duración de mi carrera política”, se defendió Nesbittl.