Amnistía Internacional ha denunciado purgas en las aulas de las escuelas y universidades rusas por la expresión de opiniones contrarias a la actual campaña militar rusa en Ucrania.

"Las libertades académicas también están siendo pisoteadas. Los educadores son obligados a difundir propaganda antiucraniana y a glorificar la operación especial rusa en Ucrania", aseguró Bruce Millar, director de AI para Europa Oriental y Asia Central, en un comunicado.

Millar denunció los informes sobre profesores detenidos, despedidos o multados por comentarios antibélicos realizados públicamente o en el transcurso de sus clases.

AMNISTÍA APORTA CASOS CONCRETOS

La nota destaca a Román Melnichenko, profesor asociado de la Universidad Estatal de Volgogrado, que fue despedido únicamente por reenviar un comentario contra la intervención militar rusa en la red social VKontakte.

Otra profesora, Yelena Baybekova, que enseña matemáticas en la ciudad de Astraján, en la desembocadura del río Volga, fue expulsada por hacer comentarios políticos durante las clases, acusación que ella niega rotundamente.

La delación de la madre de un estudiante fue la causa del despido de una profesora de inglés en la isla de Sajalín (océano Pacífico), Marina Dubrova, que consideró un "error" la contienda durante un descanso.

Dubrova no sólo perdió su trabajo, sino que tuvo que comparecer ante los tribunales y fue multada con 30.000 rublos (unos 370 dólares) por "desacreditar a las Fuerzas Armadas".

Otra profesora de inglés, Irina Gen, podría ser condenada a una pena de cárcel por llamar a Rusia "un Estado totalitario" tras ser acusada por uno de sus alumnos en la ciudad de Penza.

ADOCTRINAMIENTO EN LAS ESCUELAS

Además, en algunas escuelas los estudiantes del séptimo al décimo primer curso reciben lecciones sobre la campaña en Ucrania, en la que se les enseña que ésta "no es una guerra, sino una operación especial de pacificación".

El objetivo de la operación -según la doctrina oficial- es "proteger" a la población de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, y las sanciones económicas occidentales tendrán un impacto positivo en la economía nacional.

Dichas clases serán obligatorias a partir del 1 de septiembre, según adelantó el ministro de Educación, Serguéi Kravtsov.

El adoctrinamiento incluye la participación de los escolares y niños en guarderías en actos en favor de la guerra, lo que viola la legislación internacional, según AI.

"Las autoridades rusas deben cesar inmediatamente su vergonzosa campaña de adoctrinamiento de niños y jóvenes, y dejar de procesar a profesores simplemente por expresas posturas disidentes", subraya Amnistía Internacional.