La Policía de Kenia ha detenido este sábado al activista de derechos humanos Boniface Mwangi en su domicilio de Lukenya, en el condado de Machakos, al este del país y fronterizo con Nairobi, según ha confirmado su esposa Njeri Mwangi y una ONG de derechos humanos.

"Han venido a nuestra casa y se han llevado a mi marido, hablando de terrorismo e incendio provocado. Se han llevado sus dispositivos electrónicos y dicen que lo trasladan a la sede de la DCI (Dirección de Investigaciones Criminales)", denuncia Njeri en un mensaje publicado en la red social X.

El anuncio del arresto, que por el momento no ha sido acompañado de acusaciones claras por parte de las autoridades kenianas, ha generado de inmediato una oleada de condenas en redes sociales.

El también activista Hussein Khalid, director de la ONG de derechos humanos Vocal Africa, ha confirmado la detención en X y asegura que está siguiendo el caso "para entender los motivos" del arresto.

Paradero desconocido

Khalid denuncia asimismo que Mwangi se encuentra en paradero desconocido, ya que, junto con los abogados del activista, ha seguido a los vehículos de la DCI para verificar que era trasladado a la sede policial, pero al llegar a sus instalaciones en Kiambu, Nairobi, les han confirmado que no se encontraba allí.

"Se desconoce su paradero. Que la DCI diga a los kenianos a dónde se han llevado a Boniface Mwangi", alerta.

La detención se produce apenas un día después de que Mwangi y la periodista y activista ugandesa Agather Atuhaire presentaran una demanda ante el Tribunal de Justicia del Este de África (EACJ) contra los gobiernos de Tanzania, Uganda y Kenia.

La querella, registrada el 18 de julio en Arusha (Tanzania), busca responsabilizar a esas autoridades por lo que los demandantes califican como graves violaciones de derechos humanos cometidas por el Gobierno tanzano en mayo pasado, cuando ambos viajaron a Tanzania para asistir al juicio del líder opositor Tundu Lissu.

Mwangi y Atuhaire llegaron a Dar es Salam, la capital económica de Tanzania, el 18 de mayo y, tras permanecer varios días detenidos, fueron deportados a sus respectivos países.

Según la demanda, ambos fueron retenidos inicialmente en dependencias de inmigración y en una comisaría, antes de ser trasladados a lugares desconocidos, donde, según denuncian, fueron sometidos a torturas -incluida violencia sexual-.

Mwangi, uno de los activistas más conocidos de Kenia, ha sido detenido en múltiples ocasiones y había mantenido un perfil bajo desde su expulsión de Tanzania.