Se cumplen 50 años de la creación de la sociedad Alzania, cuando un grupo de altsasuarras creó en la calle San Juan un espacio de encuentro a semejanza de otros que había en la vecina Gipuzkoa. Era una sociedad benéfico-cultural-deportiva, como se dice en sus estatutos; adjetivos que recuerdan que junto a la función de recreo y esparcimiento de sus socios, proyectaban otros servicios dirigidos a la comunidad. Y es que la promoción del deporte, sobre todo la pelota y el ciclismo, ha sido una de las señas de esta sociedad, según señalaban sus socios. Una decena se reunieron este pasado sábado en su local para celebrar este aniversario, celebración a la que se unió el alcalde, Javier Ollo, y el párroco, Rafael Ayarra.

Lo cierto es que esta sociedad no vive sus mejores momentos. Si bien llegó a contar con 80 socios, en la actualidad son 22 además de otros 20 honorarios. Al respecto, señalan que las puertas están abiertas a todas aquellas personas que se quieran unirse. Además, no se paga cuota de entrada. No obstante, las mujeres no pueden ser socias. “La razón es económica, ya que obligaría a cambiar los estatutos y supondría un gasto importante”, apuntaban. Y es que dentro de dos años les vence el contrato de alquiler y el futuro de la sociedad Alzania está en el aire, según destacaron.

Los años dorados fueron en la década de los 80, cuando la sociedad Alzania ganaba concursos gastronómicos y colaboraba en numerosas actividades. “La falta de socios nos llevó hace cuatro años a dejar de colaborar en los almuerzos de fiestas”, se lamentaban. Con la vista atrás, recordaban que la sociedad se creó de la mano de 35 altsasuarras, con Enrique Olmedillo como presidente de la primera junta directiva. “Muchos eran de la cuadrilla Faema, un equipo ciclista. Uno de los impulsores fue Julián Iradi”, apuntaron. Asimismo, recordaban a otros socios, como Fernando Morcillo “que hacía de todo”, al igual que Juanma Gómez, presidente honorífico, que acudió a este encuentro. “Lo mismo cambia una bombilla, que prepara la comida”, señalaron.

Los socios destacaban que Alzania es la primera sociedad gastronómica que se creó en Altsasu. “Los estatutos se copiaron de una sociedad de Gipuzkoa”, apuntaron. Y es que es en este territorio donde surgieron las primeras sociedades. La más antigua es la Unión Artesana, de 1870, aunque el boom fue en los años 60 del siglo pasado. El origen de las sociedades se remonta a finales del siglo XIX, cuando la burguesía y el turismo de alto nivel disfrutaban del ocio en lugares exclusivos como los casinos y los cafés. Las clases populares se reunían en sidrerías y tabernas. Ya entonces, había problemas con los vecinos y el Ayuntamiento impuso una normativa rígida en los horarios de cierre.

Las ventajas eran muchas, un lugar de encuentro con consumiciones más baratas, sin horarios ni aglomeraciones. Además, en las sociedades se podían desarrollar aficiones comunes. Así, pronto se extendió la fórmula.