El club de jubilados de Leitza celebró su fiesta anual con homenajes y reconocimientos. Y es que además de agasajar a los y las leitzarras que cumplen 85 años y los matrimonios que celebran sus bodas de oro, quisieron poner en valor la labor de los bomberos voluntarios de Leitza y el grupo del reto solidario LHL Erronka, dos colectivos que colaboran de forma altruista para mejorar la vida de los y las vecinas de Leitza.

Así, diferentes generaciones compartieron mantel en una comida que reunió a 90 comensales. En la sobremesa fueron los homenajes. Por un lado, fueron para Elías Alzuarte Astiz, Margari Zabaleta Zabaleta y Mari Cruz Zabaleta Gogorza, de 85 años. Los matrimonios que celebran 50 años de vida en común eran Juan Bautista Ariztimuño Kanflanka y Arantza Zubillaga Mariezkurrena, Bitoriano Iparragirre Lujanbio y María Luisa Baleztena Apezetxea así como José Mari Bengoetxea Mariezkurrena y Arantxa Perurena Sukunza.

En relación a los bomberos voluntarios, Antxon Gómez, miembro de la junta de este club que cuenta con 210 socios y socias, recordaba su dilatada andadura y que además de participar en la extinción de incendios, intervienen en rescates y accidentes. “Tenemos suerte de tenerlos tan cerca”, observó. Respecto al grupo LHI, señaló que este grupo trabaja para que Leitza sea una localidad más inclusiva y con menos barreras para personas con diversidad funcional.

Así, en plena pandemia, organizaron LHL Erronka un reto solidario de 150 kilómetros y 6.000 metros de desnivel entre Linza y Leitza, que se apoyaba en tres pilares: deporte, solidaridad y auzolan para visibilizar estos obstáculos que hacen aún más difícil el día a día de estas personas y conseguir fondos. Desde entonces, en colaboración con el Ayuntamiento, se han llevado a cabo diferentes actuaciones como adaptar los parques infantiles, aparcamientos para personas con movilidad reducida, colocación de pictogramas o adecuar en la plaza un paso para facilitar el acceso entre los adoquines.