Tras tres años de parón, Huarte tenía hambre de fiesta, de juntarse con amigos y familiares en torno a una mesa y de comer hasta reventar: costillas, txistorra, morcillas, panceta, churrasco, pollo, solomillo, alitas, tiras de lomo y hasta langostinos a la brasa.

Este lunes, cientos de uhartearras disfrutaron del acto de fiestas por excelencia, la costillada popular, la plaza El Ferial se llenó de jaimas y las parrillas funcionaron a todo trapo para saciar los estómagos de las cuadrillas. 

La costillada de Huarte cada vez tiene más fama y en una jornada como la del lunes, en la que el sol apretaba para ser mediados de septiembre, era fundamental cobijarse bajo un frondosa sombra. “A las cuatro de la mañana he dejado una mesa buena, de las de la huerta. He aparcado la furgoneta en la plaza, me he echado unas cabezadas y me levantaba de vez en cuando para vigilar que siguiera la mesa”, comentaba José Nieto, que la semana pasada se fijó dónde daba la sombra a la hora de comer para coger el mejor sitio. 

“Hemos sido los únicos tontos del parque. Hemos dejado la mesa a las cinco y media de la mañana, pero a media mañana ya nos daba el sol. Lo peor es que los que han bajado a las ocho y media de la mañana tienen mejor sitio que nosotros. Menos mal que los vecinos son muy majos, se han movido un poco y nos hemos arrejuntado”, señalaba Aitor Etxeberria, que disfrutó de la costillada con su hermano Ion, Lorea Zubieta, Jokin Zubieta, Markel Baraze e Ibai Garzón.

Fermín Goñi también madrugó para coger sitio. “He colocado la mesa a las seis menos siete minutos y no era el primero ni por el forro. Ya había bastante movimiento y había bastantes mesas colocadas”, comentaba Fermín Goñi. Antes de la costillada, Fermín, junto con su cuadrilla -Gonzalo Hernández, Vanesa Sarasola, Gerardo López, Josu Astiz, Paloma Goñi, Joxean Gómez, David Miqueleiz, Mary Mendivil y Peio Carabia- disfrutó de un almuerzo compuesto por revuelto de morcilla, chorizos a la sidra y callos. “Estaba de la ostia. El día de hoy es la champions de las fiestas y el almuerzo es la fase de grupos. Así alargas la jornada y te lo pasas mucho mejor”, aseguró Peio. 

El avivador de las brasas

A partir de la una del mediodía, el aparcamiento de la plaza El Ferial se llenó de parrillas y Adolfo Galera, el avivador oficial de las brasas de la costillada, no daba a basto con su sopladora. “Han empezado todos a la vez y la gente no sabe encender las brasas. Me voy a ir pronto que si no me agarran y no me sueltan”, bromeaba Adolfo, que, a pesar de su acción solidaria, no pudo degustar ninguna costilla. “Me tengo que ir a Burlada para arreglar la barredora, que se ha roto”, explicaba. 

José Antonio Garayoa destacó con su barbacoa de la Champions, en la que se podían colocar hasta cuatro parrillas a la vez. “No tengo suficiente espacio para toda la txistorra, costillas y tocinos que vamos a preparar”, comenta José Antonio, que desde hace una década disfruta de este día con sus amigos José María Echeverría y José del Río. “Él es el artista. Nosotros solo comemos y abuendante”, bromearon.

También sobresalieron David Jiménez y Mikel Mezkiritz, que prepararon una costillada de mar: dos kilos de langostinos para ocho personas. “Los más grades del mercado. También tenemos chistorra, panceta, costillas de cerdo y pimientos”, aclaraba David. 

Mientras las brasas hacían su función, Iñigo Aristregi, Aritz Agorreta, Xabier Navaz, Alberto Ventura y Santiago Albéniz refrescaban a los parrilleros con su famoso zurracapote. “Somos de las pocas cuadrillas de Huarte que seguimos preparando el zurracapote. Nosotros quedamos el viernes, lo preparamos y lo dejamos macerando hasta hoy. Así coge buen sabor. En total tenemos 40 litros”, informó Santiago Albéniz, que no desveló la receta de su abuelo. 

Los veteranos

La costillada se remonta a 1970 y la cuadrilla de Pili, Vito, Conchi y Antón no ha fallado nunca. “Estamos desde que empezó. Siempre hemos venido con la familias, los amigos... Aquí se junta todo cristo. Se crea muy buen ambiente La costillada es una gozada”, confesaba Pili Ayechu. “Hoy hablas con todo el mundo y te juntas con gente que igual no ves el resto del año”, incidió Antón, concejal en Huarte de 1979 a 1983. 

En esa época, recordó Antón, el Ayuntamiento cedía sarmientos de Eslava, pan y vino y la costillada se hacía “en medio de la plaza, junto a las mesas. Pero era muy molesto y llevaron las parrillas al aparcamiento”. Los cebolleros de toda la vida estuvieron acompañados por Mariví Salvo, Javi Muñoz, Fran Reina, Imanol Berro, María Rodrigo e Iker López y los txikis Aimar, Oihan, Oier, Malen, Daia e Izan.