los méritos deportivos de Ainhoa Tirapu, desglosados ayer por la alcaldesa de Barañáin, Oiaheneder Indakoetxea, en rueda de prensa, se resumen en pocas líneas pero saltan a la vista. Defendió la portería del Lagunak hasta 2005, cuando fue reclutada por el Athletic Club. Acaba de cumplir la friolera de 350 partidos como guardameta del conjunto rojiblanco, un hito en la historia del club. Ha ganado dos ligas y ha competido en Champions League. También ha disputado 46 partidos oficiales con la selección española, con la que disputó el pasado Mundial celebrado en Canadá en 2015. “Ainhoa Tirapu es una de las porteras menos goleadas de la historia de la Liga. Luchadora constante dentro y fuera del campo, esta leona licenciada en Química lucha por el reconocimiento y la igualdad de condiciones en el deporte femenino”, explicó Indakoetxea.

Un palmarés deportivo que, después de ser propuesta por el colectivo feminista Hagin -la única candidatura que cumplió los requisitos de la convocatoria-, le aupará el próximo 26 de junio (19.00 horas) al balcón de la casa consistorial de Barañáin, desde donde inaugurará las fiestas con el lanzamiento del chupinazo. “Es un honor. Que se te reconozca en casa siempre hace especial ilusión, sobre todo cuando llevas muchos años fuera, como es mi caso, que ya voy para 15 años y vengo solo de visita. Me hace mucha ilusión venir en fiestas, que me las he perdido muchos años por competiciones diversas. Voy a poder disfrutarlas de otra manera y acercarme también a mi pueblo, que lo tengo un poquito abandonado”, contó la guardameta.

Entre el fútbol, los estudios y el trabajo (cuando el fútbol no eras su trabajo), siempre le ha costado encontrar tiempo para volver a Barañáin. “Hay veces en las que vengo a comer y me voy por la tarde, pero ya no disfrutas tanto del pueblo, estás más que nada con la familia. Por eso me hace especial ilusión este año. Ya hemos terminado la temporada y voy a poder disfrutar de las fiestas. Ahora soy futbolista solo, pero antes tenía un trabajo y cuadrar los días libres de trabajo con el fútbol era difícil, o los estudios y el fútbol... Mi tía solía decirme por Sanfermines, “entonces hasta Navidad ya no te vemos otra vez, ¿no?”. Pero bueno, como se suele decir, sarna con gusto no pica”, explicó.

Ainhoa comenzó a darle patadas a un balón con 10 años “en las pistas del polideportivo, donde ya jugaba con alguna compañera que he tenido durante años”, recuerda. Entonces le pegaba a casi todos los deportes; patinaje artístico, atletismo... “un montón de cosas a la vez. Pero llegaba el sábado, había que elegir competición y siempre iba al partido de fútbol”. Aunque se inició como jugadora de campo, “enseguida me mandaron a la portería, y una vez que probé ya no hubo manera de salir de ahí. Al principio me costó, porque eso de que te tiren balones fuerte cuando eres niña no hace gracia, pero luego vas aprendiendo a caer y a pararlos sin hacerte daño y ya es otra cosa”. Ahora, después de más de 20 años jugando “soy futbolista de verdad, a jornada completa, y estoy disfrutando el final de mi carrera al máximo”.

una época importante Respecto a la realidad del fútbol femenino, Ainhoa destacó que recientemente ha experimentado “un impulso, sobre todo de masa social, que nos hacía falta. Desde el Mundial de Canadá ha habido un crecimiento bastante bueno. Ahora viene otro Mundial que también va a ser importante. Creo que estamos haciendo un trabajo importante en términos de Igualdad. Que un estadio de fútbol de Primera División masculina se abra, se llene, y que los niños pequeños vean que las mujeres y los hombres pueden disputar partidos de alto nivel en un mismo escenario y más o menos en las mismas condiciones, hace mucho bien por la lucha de la igualdad”, concretó. Una batalla que viene de lejos “para que nuestro deporte se considere de alto nivel y cada vez más igualitario al masculino. También estamos negociando para conseguir el primer convenio colectivo. Esta temporada se están dando muchas cosas y dentro de unos años lo veremos como algo histórico”, finalizó. Chupinazo incluido.