La localidad ribera se sumergió este jueves de lleno en sus fiestas más identitarias, en Las Angustias, cuatro días que reúnen muchos de los elementos con los que más se identifican los lodosanos y lodosanas; la patrona, el toro ensogado y el pimiento del piquillo. Eufóricas, y muy contentas, sin parar de hablar, de reír, e incluso de canturrear y bailar, estaban en el balcón consistorial las encargadas de lanzar el chupinazo; las integrantes de la jubiloteca municipal, un servicio que celebra su 10º aniversario. Junto a ellas, además de la corporación municipal, con Laura Remírez al frente, estaban la actual monitora, Paula Tejada, la edil que impulsó el proyecto hace una década, Mariví Sevilla, así como Inés Esparza, vecina que lo gestionó en primera instancia.
A las 18.30 horas, poco a poco, todas ellas, cerca de una treintena, se fueron acercando al Ayuntamiento y comenzaron a dilucidar quién iba a gritar y quién iba a ser la encargada de prender la mecha. Finalmente, las que hablaron fueron las primeras que se apuntaron a la iniciativa en 2014: Conchi Colomo, Tere Iribarren, Gloria Marín y Teresa Baigorri. A las 19.00 horas salieron al balcón y chillaron: “Lodosanos, lodosanas. ¡Viva la Virgen de las Angustias! ¡Viva Lodosa! ¡Las chicas de la jubiloteca os deseamos unas felices fiestas!”. Acto seguido, Pilar Martínez, la lodosana de mayor edad que acude a esta actividad, prendió la mecha.
ENCANTADAS
La jubiloteca de Lodosa, que comenzó prestando servicio durante tres meses, poco a poco ha ido cogiendo auge y mejorando sus prestaciones. De hecho, ahora se reúnen en la casa de cultura nueve meses y, aunque empezaron en torno a una decena de vecinas, ahora son ya más de 40 de entre 70 y más de 90 años las que acuden fieles a la cita. Los beneficios, apuntaban algunas de ellas mismas, son notables y es que, además de sentirse integradas en un grupo y de mejorar las relaciones sociales, salen de casa, tienen sus rutinas y trabajan la estimulación cognitiva y la gerontogimnasia; fomentan el movimiento del cuerpo, la coordinación, la fuerza, el equilibrio y el ritmo, así como la atención, la memoria, el lenguaje, el cálculo o la orientación, entre otras. Jugando, y siempre tratando de innovar, comentaba Paula que en los pueblos es un privilegio tener este tipo de propuestas. Así lo afirmaba, por ejemplo, Pilar López, de 78 años, que contaba que empezó en la jubiloteca hace cuatro años “porque probé y me gustó tanto, que sigo. Es una forma de no estar todo el día en casa aburrida sin nada que hacer; estamos con otras personas, nos reímos mucho y esas dos horas nos animan mucho”. Además, alucinó al enterarse de la noticia del cohete: ¡Ay, que alegría, que vamos a tirar el chupinazo, dije!”. Del mismo parecer son Rosario Carrascosa, de 77 años, que se apuntó hace tres años “porque necesitaba un empuje para no estar todo el día sentada”, y Rosa González, de 83 años, que lleva los 10 años en la jubiloteca. “Esto es algo que tenía que haber en todos los pueblos; es muy beneficioso. Nos lo pasamos de maravilla y se nota mucho en nuestro día a día. Además, ahora con este premio del chupinazo... ¡Imagínate! ¡A nuestros años! ¡Quién lo iba a pensar!”.
PROGRAMA ASENTADO
La alcaldesa, Laura Remírez, se mostraba muy satisfecha con la respuesta de este grupo de mujeres y animaba a todos y todas a disfrutar de estos días, unas jornadas que, en su caso, “vivo con mucha intensidad y cierto nerviosismo porque hay muchos toros, viene muchísima gente y estás pendiente de que todo salga bien y de que no pase nada”. Además, y en cuanto a cambios en la programación, desvelaba que “no hay novedades sustanciales; sí que se recupera el torneo Virgen de las Angustias de pelota mano, que será el último acontecimiento antes de que arranquen las obras de adecuación del frontón”. Por último, la peña La Plazuela también ha preparado para estos días un pequeño programa con eventos como conciertos musicales, un encierro plazuelero o una cena popular que tendrá lugar esta noche.