Los encierros de este lunes en Estella-Lizarra padecieron el mal de la falta de público. Por un lado alejados del llenazo del fin de semana, los novillos alejaron de las calles a buena parte de los habituales ocupadores del espacio público que sortean las vacas entre portales y columnas pero que no se meten cuando los morlacos “suben a novillos”.
Y eso que los de Macua apenas dejaron un contusionado leve y una abrasión, que en ningún caso requirieron el traslado de los heridos al centro sanitario. Con todo, hubo buenas carreras y el mayor susto se produjo ya en la plaza cuando un novillo siguió hasta el burladero a uno de los corredores que, a pesar del golpe, no fue trasladado en ambulancia.