Pamplona - Más de la mitad de las inspecciones realizadas hasta el momento por el Ayuntamiento en los locales de hostelería del Casco Viejo ha registrado algún incumplimiento de la normativa vigentes sobre emisión de ruidos. En 15 de los 28 establecimientos examinados desde el 11 de enero se han abierto por tal motivo los correspondientes expedientes, en su mayoría (7) por la falta de limitadores y registradores de la potencia de los aparatos de música; en 6 casos por la incorrecta instalación de los limitadores acústicos y en los 2 locales restantes por carecer de registrador.

Las inspecciones forman parte de la campaña para la inspección de licencias y de vigilancia del cumplimiento de la normativa referente a ruidos, limitadores de potencia, accesos, toldos o terrazas según los casos. Un equipo compuesto por agentes de la Policía Municipal y técnicos de las áreas de Urbanismo y de Medio Ambiente está llevando a cabo las revisiones en cada local, que se prolongarán hasta la inspección de los 222 locales de hostelería existentes en estos momentos en el centro histórico.

El objetivo es supervisar los dispositivos que limitan la potencia de los equipos de música, obligatorios en los locales de horario nocturno, y que las licencias vigentes se ajustan a las condiciones actuales. Se trata de una iniciativa del equipo de Gobierno por las quejas de vecinos del Casco Viejo por el ruido y las molestias que provoca la hostelería y ante la necesidad de informar a los responsables de los locales de la normativa vigente y la que será obligatoria a partir de 2020.

Entre los aspectos informativos que contempla esta iniciativa, además de resolver las posibles dudas de los propietarios, está explicar que el plan especial del Casco Viejo (PEPRI) obligará a partir del año que viene a todas las cafeterías a mantener en su interior al menos un 50% de su superficie útil (descontada la superficie de aseos) como zona de estancia con mesas y sillas. Además, todos los establecimiento deberán contar en 2025 con la doble puerta ‘estanca’ para evitar la emisión de ruidos y olores al exterior del local.

Las inspecciones se hacen sin aviso previo, aunque la semana pasada se hizo una excepción en el caso del bar Kiosko ante la presencia de varios representantes de los medios de comunicación para observar in situ cómo se realizaba. El propietario, Ricardo Irisarri, ha tenido que destinar algo más de 10.000 euros para acondicionar su local, catalogado como bar-especial, lo que obliga a instalar una doble puerta como único punto de acceso, un limitador de potencia y un registrador. El aforo máximo es de 98 personas, la potencia acústica no debe sobrepasar los 85 decibelios y dispone de un espacio de terraza en la Plaza del Castillo con 40 mesas. Tiene todo en regla.

las Reglas, para todos “Nuestra ubicación nos obliga a tenerlo todo regulado y bien. Hemos tenido que hacer una inversión fuerte y personalmente me parece bien que se hagan estas campañas. Así todo el mundo debe cumplir con las mismas normas”, comentó el citado hostelero.

El equipo de inspección estaba integrado por dos agentes adscritos a la unidad de Policía Comunitaria, un técnico de Urbanismo y una ingeniera ambiental. En todos los casos comprueban la licencia de actividad y realizan una medición sonométrica para verificar su la máxima potencia de emisión musical se ajusta a las condiciones de la licencia. En el caso del bar Kiosko se comprobó además si dispone de la autorización para abrir antes de las 13 horas, obligatoria en el caso de los bares especiales.

Mientras el agente Jon Zamora se encargaba de medir la superficie de la terraza e inspeccionar los toldos, Mirian Arbizu registraba los medidores de sonido y Luis Izurdiaga las condiciones de la licencia. “Los bares especiales solo pueden tener una puerta de acceso, que debe contar con un vestíbulo estanco. No está permitido que abran una puerta o ventana para sacar las consumiciones”, comentó Izurdiaga. Por su parte, Arbizu señaló que “los registradores están precintados y podemos determinar si el micrófono que incorporan ha sido manipulado o si han colocado algo para que se amortigüe el sonido. Si se produce algún incumplimiento abrimos un expediente, se les notifica y se requiere por parte de Ingeniería Ambiental para que se procede a la regularización”.

apoyo del sector La campaña no tiene una concepción sancionadora ni recaudatoria y ha sido ampliamente divulgada por parte del Ayuntamiento y de las propias asociaciones de hostelería (Asociación de Hostelería del Casco Viejo, ANAPEH y AEHN).

La aceptación de la iniciativa entre el gremio, según aseguró el agente Jon Zamora, está siendo positiva. “Sabemos que las denuncias se concentran en realidad en decena y media de establecimientos. El resto son locales que cumplen con la normativa y acogen de buena forma estas inspecciones”.

Una de las cuestiones que más sorpresas está generado en los establecimientos es el aforo que figura en la licencia, que por lo general suele ser inferior a lo que piensan.

Una cuestión de decibelios

70-75-80-85. Los locales disponen, en función de su catalogación y equipamientos, unos niveles acústicos máximos permitidos. Los bares y bares-restaurantes pueden alcanzar los 70 dBA, que puede subir a 75 en caso de disponer de doble puerta. Para los bares especiales el máximo se sitúa en 85 decibelios, que se reduce a 80 si carecen de vestíbulo. Para estos es obligatorio disponer de limitadores y registradores acústicos.

Denuncias el fin de semana. La Policía Municipal ha denunciado este pasado fin de semana 4 establecimientos por incumplimiento de horario o permitir sacar bebidas alcohólicas y a otro por superar el aforo (había 68 personas cuando el máximo es de 41).

222 locales. En el centro histórico hay en estos momentos 222 establecimientos (59 con licencia de bar; 46 de bar-especiales; 44 de cafetería o 14 de restaurante-bar), lo que supone un 20,7% de los 1.071 locales de Pamplona.

Nueve inspecciones al día. Las inspecciones se hacen en horario diurno y sin avisar. El plan dio comienzo el 11 de febrero y se prolongará hasta finales de marzo. Los locales de San Nicolás, Comedias y San Gregorio y Pozo Blanco fueron los primeros.