Pamplona - El Casco Viejo de Pamplona está en plena actividad y las grúas han vuelto a las calles del centro. De hecho, la rehabilitación de edificios históricos se está convirtiendo en un nuevo atractivo para los que quieren invertir en una viviendas nueva en pleno casco viejo, aunque los precios en la mayoría de los casos no están al alcance de todos los bolsillos.

En un par de semanas, se entregan ya las viviendas del edificio de la plaza del Castillo 18, encima del Bar Txoko, en lo que fuera el antiguo Hotel Quintana. Según fuentes consultadas cuatro de los cinco pisos de lujo (hay un local de oficina en la entreplanta), han sido ya vendidos y queda una libre, de 100 metros cuadrados, por un precio de en torno a 500.000 euros (sin IVA). Los pisos están ya terminados, a la espera únicamente de la cédula de habitabilidad.

La intervención se puso en marcha en enero de 2018, aunque como se recordará la aparición de restos del castillo de Luis el Hutín obligaron a paralizar las obras para que los mismos se integraran en el edificio definitivo. Según se informó, queda pendiente una pequeña modificación del proyecto de la cafetería para acoger dichos restos, por lo que el local hostelero, de unos 120 m2, y con entrada también por Cortes de Navarra, tardará aún unos meses en comercializarzse, lo que se prevé para la Semana Santa de 2020. El local aún no tiene un propietario definitivo, aunque habría varios negocios interesados.

A su lado, en Chapitela 13, Oscar Vidaurre lleva a cabo otra promoción de cuatro viviendas y un dúplex, de las que solo quedaría una para vender. Vidaurre ha terminado también el proyecto de la Casa de los Capellanes, edificio de la plaza de Recoletas construido en 1624. Según se informó en su día la propuesta de rehabilitación incluye diez viviendas nuevas, cuatro de ellas dúplex, en un edificio de tres plantas con 7 balcones.

LICENCIA PARA TACONERA, 4 Otro proyecto de rehabilitación que ya tiene el visto bueno municipal es el de Taconera, 4, que acaba de colgar en su fachada el cartel anunciando las obras para cinco viviendas y local, promovidas por Larugoi. Para poder acometer la intervención, el área de Urbanismo ha autorizado ya la demolición interior del edificio, donde antes se ubicaba una única vivienda.

La licencia “no ampara trabajos de excavación en el solar”, más allá de la retirada de pavimentos y bases constructivas de época contemporánea (la última edificación data del siglo XIX), y en el caso de llevarse a cabo, “la ejecución de sótano queda condicionado al resultado de la excavación arqueológica”. También se precisa que el edificio está protegido en Grado 3 (fachada y cubierta) en el Catálogo municipal, y que desde la Oficina de Rehabilitación se ha contemplado “el interés digno de protección del zaguán y la escalera” del inmueble, por lo que una vez finalizada la demolición, “seguido se deberá dar continuidad a la reconstrucción del edificio en las condiciones establecidas en la licencia de edificación”, de tal manera que los elementos retirados tendrán que reponerse.

La promoción comenzará en las próximas fechas (el plazo máximo para el derribo se establece en la licencia en un mes) y, según se recoge también en el cartel de la fachada, el proyecto ha sido realizado por Carlos Aznárez y Teresa Larumbe.