Entre 10 y 15 familias de origen gitano-rumano del barrio de Milagrosa participarán, a partir de abril, en un programa de inclusión y empoderamiento individual y grupal que ha comenzado este lunes su andadura con la aprobación del proceso de selección de la entidad que gestionará las acciones, en coordinación con la unidad de barrio.

La iniciativa, que se desarrollará entre abril y diciembre de 2021 con una inversión de 85.000 euros, emana de un convenio entre Ayuntamiento de Pamplona y Gobierno foral tras el diagnóstico realizado por ambas instituciones que establecía que el 90 % de las unidades familiares de esa etnia y procedencia residentes en Pamplona se ha ido asentando en la última década en ese barrio de la ciudad.

El objetivo del programa es trabajar por la inclusión de la población romá del barrio en la sociedad, en condiciones de igualdad con el resto de la ciudadanía, a través de un acompañamiento individual de alta intensidad sobre ámbitos en los que se han detectado deficiencias, como son los de empleo, vivienda, salud, educación, igualdad y ocio y tiempo libre.

Además de la intervención individual, el proyecto estará enfocado en clave de coordinación, cooperación y trabajo en red, para sensibilizar y visibilizar en positivo ese colectivo, ha informado el consistorio.

Las intervenciones se dirigirán a una muestra de entre 10 y 15 familias de la población gitano rumana, selección que se realizará en coordinación con la unidad de barrio de Milagrosa. El desarrollo de este programa servirá también para sistematizar un modelo de intervención coordinada entre diferentes agentes y entidades que permita la replicabilidad del modelo a otros territorios

La intervención deberá seguir los parámetros de la Estrategia para el Desarrollo de la población gitana de Navarra (2019-2022) del Gobierno foral y tendrá en cuenta el nuevo escenario marcado por la actual crisis sanitaria a consecuencia de la covid-19 que ha agudizado, aún más la situación de las personas más vulnerables.

Además del objetivo genérico de empoderamiento individual y grupal de las familias participantes e inclusión en la sociedad en condiciones de igualdad, el programa busca conseguir un diagnóstico tanto a nivel individual como grupal, de la situación y de las necesidades de las personas participantes, acompañándoles en la elaboración y puesta en marcha de su propio itinerario de incorporación social.

Eso, mediante el establecimiento de una relación de ayuda y acompañamiento, entendido como un camino de aprendizaje hacia la mayor autonomía posible que les permita situarse como personas fuertes y empoderadas en cualquier situación y en clave multicultural.

Las mismas fuentes constatan que desde hace aproximadamente una década, en el barrio de la Milagrosa venido asentando población de origen rumano perteneciente a la etnia gitana (romá) y más en concreto del grupo de los Spoitoris.

Además, en diferentes espacios de interlocución entre el Ayuntamiento de Pamplona y la vecindad de la Milagrosa se ha hecho patente el desconocimiento que existe en torno a este grupo de personas: un colectivo percibido como desconocido del que era complicado extraer pautas de comportamiento, algo que ha remediado el diagnóstico comunitario del barrio de La Milagrosa ya realizado en 2018 a través de Fundación Koine-Aequalitas.

Entre sus conclusiones, la vivienda es el principal problema que se refiere, tanto por parte de la población como de profesionales. El 100 % vive en régimen de alquiler y sus dificultades para acceder de forma normalizada hacen que su situación sea con frecuencia de infravivienda y hacinamiento, lo que puede acarrear enfermedades, además de vulneración de los derechos de la infancia.

Un porcentaje casi igual de alto, el 98,41 % de la población romá del barrio, no tiene un empleo normalizado, aunque reciben ingresos de la chatarra, la mendicidad o la venta de pequeños productos como pañuelos o cervezas en fiestas.

El empleo es visto como un sueño que conciben inalcanzable. El analfabetismo se une a esta barrera mental como impedimento porque, aunque el 100 % de los y las menores están matriculados en educación Primaria, su índice de absentismo es alto principalmente a partir de los últimos años de Primaria.

Muy pocas chicas asisten a Educación Secundaria por el miedo de las familias a que una mayor libertad lleve a una vida sexual antes del matrimonio. A los chicos sí que se les permite asistir, pero son muy pocos los que pasan de 2º de ESO.

También, su estado de salud es más precario que el de la población autóctona, con enfermedades derivadas principalmente de las condiciones de vida como colesterol, obesidad o problemas respiratorios. La prevención en salud no está extendida y no tienen instaurado el hábito de acudir al centro de salud.