La colocación de un iglú para gatos callejeros en medio de una zona de recreo en la Txantrea ha provocado el enfado de muchos vecinos de las calles Lakuntza, Los Arcos y Miranda de Arga. Tras la instalación del contenedor a primera hora de la mañana por parte de empleados municipales, un nutrido grupo de residentes ha protestado por la localización escogida por el Ayuntamiento de Pamplona.

Txemi Castillo, uno de los vecinos afectados, ha explicado que donde se ha colocado el iglú es un sitio de encuentro y de juego: "Los niños quedan a jugar en el patio porque es un sitio seguro para ellos, la carretera está lejos y los padres les pueden vigilar desde casa. Los chavales del Instituto de Irubide pasan aquí el recreo y la gente mayor queda para charlar en los bancos. Además, en verano, se llena porque es un sitio fresco, con sombra".

"Han condenado a una plaza en la que los chavales ya no van a poder jugar nunca más", ha señalado tajantemente Txuma Cuadrado, otro de los residentes de la zona. "Que no lo pongan en un parque. Mis hijas iban a patinar y ya no lo van a disfrutar. Hay muchísimo espacio verde en el barrio, que lo lleven allí", ha incidido Puy López.

Los vecinos creen que es más conveniente espacios que no sean zonas de recreo y que el iglú pase "desapercibido, camuflado, escondido debajo de un pino, que no llame la atención", han resumido.

En concreto, han asegurado que han ofrecido tres alternativas a la Unidad de Zoonosis del Ayuntamiento de Pamplona, que se ocupa de los aspectos sanitarios relacionados con los animales domésticos: otros patios del barrio con abundante vegetación y sin mobiliario urbano, la parte trasera del Centro de Día -que también lo sugirió la Policía Municipal- y la campa de Irubide.

"Que lo coloquen en zonas no habitadas. El colmo es que lo pongan enfrente de mi ventana", expresó Loli Ochoa. " Que pongan el iglú donde viven. O en mitad de Carlos III o en el II Ensanche. ¿A que no se atreven?", preguntó Marian Pérez. "Estoy encendida. Esto es un cachondeo", añadió.Ratas y cucarachas

Los vecinos han querido dejar claro que la problemática no se debía a los felinos que merodean cerca de sus viviendas, sino a cómo la asociación Katu Kaleko alimenta a la colina -según ellos, dejan la comida en el suelo y en las esquinas- y que el iglú lo va a incrementar. "Los gatos no nos molestan. Los problemas los están generando los voluntarios y cómo les dan de comer. Aquí siempre hemos tenido gatos, pero cómo nos han ensuciado las calles no lo había visto nunca", ha afirmado Loli Ochoa. "Llevo viviendo 30 años en la Txantrea y nunca había visto tanta suciedad", ha subrayado Marian Pérez.

Según ellos, el contenedor se va a convertir en un "foco de atracción" para otros animales como palomas, cucarachas y ratas. "Los palomas ya están a la espera de que los gatos les dejen comida. La plaza se va a llenar porque no son tontas y saben que a partir de ahora van a tener más alimentos", ha augurado Txemi Castillo. "Se está creando una suciedad bárbara. Las palomas cagan por todas las fachadas porque se ponen las botas con lo que les dejan los gatos", ha añadido Loli Ochoa. Lo mismo han pronosticado con las ratas: "Tememos que las que han aparecido con las obras de Irubide se apunten al festín y se trasladen a nuestras casas en busca de comida".

Al dejar la comida cerca de las casas, indicaron, se generan "problemas de higiene". En concreto, relataron que muchas cucarachas acceden al interior de sus viviendas y se ven obligados a desinfectarlas con "dinero de nuestro bolsillo".

Txemi Castillo informó de que tenían un contrato anual de desinfección de cucarachas que ascendía a los 677 euros. "Nosotros estamos desinfectando los edificios y Katu Kaleko poniendo comida a la que van a acudir las cucarachas", ha criticado Txemi. Loli ha comentado que en su portal no hay una desinfección común pero ha señalado que todas las noches limpiaba las tuberías con lejía y las tapaba para que no entrasen las cucarachas a su casa.

Por último, han asegurado que si no se alimentara a los felinos, estos "se buscarían la vida" y reducirían el número de cucarachas o ratas que tantos problemas causan. "Desde siempre hemos tenido gatos callejeros y se han buscado la vida. Se comían lo que ahora nos está invadiendo las casas", ha lamentado Marian.