el edificio de la imagen albergaba en sus bajos el bar Choko, abierto hacia 1920 y regentado desde 1931 por dos socios apellidados Alcaine y Beaumont. Antes de su apertura, además, había existido aquí un antiquísimo bar, llamado Lardeli, abierto por un inmigrante suizo en 1843. El bar Lardeli desapareció hace ya mucho, pero sus mesas decimonónicas pasaron al castizo café Roch, donde han permanecido un siglo, hasta esta última semana.

En cuanto a la calle de Espoz y Mina, homenajea a un guerrillero navarro del siglo XIX, famoso por su resistencia contra los franceses. Menos conocido es el hecho de que, además de astuto y valiente, era extremadamente vengativo y cruel. Trataba como traidores a los pobres campesinos, a los que muchas veces no les quedaba otro remedio que ayudar a los franceses, y en los pueblos le conocían con el significativo mote de El Cortaorejas. Un auténtico bestia, vaya.

el inmueble donde estuvo el antiguo bar Lardeli desde 1843 ha desaparecido, y en su lugar vemos un bloque mucho más alto (cómo no), que sigue más los parámetros constructivos del Segundo Ensanche que los del propio Casco Viejo. Cosicas de arquitectos. Sí que ha sobrevivido el bar situado en sus bajos, eso sí muy transformado, y con su nombre adaptado a la grafía actual del euskara: Txoko.

Por cierto que esta semana estamos asistiendo a la agonía de otro bar centenario de Pamplona, el café Roch, abierto en 1898 por el catalán Eugenio Roch. En el momento de escribir estas líneas el café, de 124 años de antigüedad, ha sido total y lamentablemente desmantelado, incluyendo las mesas del viejo bar Lardeli. Y creo necesario recordar que, con la Ordenanza de Comercio Centenario que cierto grupo municipal presentó en 2020, y que el resto de grupos no quiso aprobar, esto no hubiera podido pasar. Ahí lo dejo...