Tudela. ¿En qué ha cambiado el Daniel López que se presentó para la alcaldía hace cuatro años?

Tengo muchas más canas y ojeras y el nivel de preocupaciones y la falta de tiempo propio se han multiplicado. Pero estoy satisfecho y contento, creo que las cosas que hemos hecho han servido. Hace cuatro años la gente se movilizó porque había una sensación de no avanzar y de retroceso en muchos aspectos y teníamos un gran reto por delante. Cogimos la mochila y nos pusimos a cambiar las cosas y pienso que hemos hecho un gran trabajo, a pesar de que poner las cosas en marcha cuesta. La idea es seguir esta dinámica.

Ha estado al frente de una concejalía importante como Urbanismo. ¿Le da rabia ver que hay algunas obras inacabadas?

Sí, me habría gustado que hubieran acabado algunos proyectos, aunque ya se estén ejecutando. Hemos intentado hacer lo mejor posible las cosas y han intervenido factores externos que tienen que ver con la burocracia. Pero hay que entender que nuestras iniciativas tienen que servir para el que venga después, sea quien sea. Buscamos que un ayuntamiento funcione, independientemente del color político. Hemos avanzado en aspectos como el mantenimiento de la ciudad y queremos seguir en esa línea desde Podemos.

¿Teme que un cambio de color político suponga transformar totalmente el modelo en algunas líneas de acción para la ciudad?

En cierto modo, sí. Sería un error ver algunos de los logros conseguidos en estos cuatro años, como por ejemplo todas las políticas sociales que se han implementado y que han mejorado la vida de la gente de Tudela, solamente desde ese sesgo puramente ideológico, porque nunca sabes en que situación te vas a encontrar dentro de cuatro años. Esa idea de gestión que hemos tratado de defender debería ir más allá de ideologías.

Muchos se siguen preguntando por qué I-E y Podemos no han confluido de cara a esta convocatoria electoral.

No me corresponde a mí decirlo porque yo no he sido quien se ha negado. Es importante recordar que no ha habido conversaciones formales. Por parte de Podemos existió una propuesta inicial, generosa y abierta, que creo que no se ha llegado a estudiar en profundidad. Me da lástima, pero ya no hay vuelta atrás.

Sorprende porque incluso en los programas electorales de ambas planchas no se perciben grandes diferencias.

Casi no las hay, solo difieren en proyectos concretos. Es coincidente al 99%. Por eso insisto en que no lo entendemos. Es cierto que represento a un partido y no puedo renunciar a esa identidad de partido, pero sí que estábamos dispuestos a asumir sacrificios en pos de un proyecto por una Tudela mejor.

¿Qué ideas fuerza definen el programa electoral de Podemos para Tudela?

Tiene tres ejes fundamentales de actuación, que son la accesibilidad universal, la igualdad y el horizonte verde. A partir de ahí, ya sean medidas de empleo, de industria, de comercio, de turismo, de deporte o de cultura, las propuestas tienen en común esa transversalidad. Las acciones concretas cumplen al menos dos de esos tres filtros, es una autoexigencia que nos hemos marcado y que posibilita que, a la hora de poner en marcha esas medidas, tengan un significado real y estén enfocadas a mejorar la vida de las personas. El programa hay que creérselo y nosotros nos lo creemos.

¿Son la accesibilidad universal y la movilidad sostenible las asignaturas pendientes de la ciudad, aunque ya fueran realidades plasmadas en el acuerdo programático de 2015?

Son aspectos difíciles de entender por parte de los ciudadanos, pero al final responden a aplicar el sentido común, porque los lugares e instalaciones que son accesibles lo son para personas jóvenes, adultas o ancianas o para personas con dificultades auditivas, discapacidad intelectual o problemas de visión. En ese sentido, también es importante explicar que muchos aspectos de la accesibilidad no tienen que ver solo con la movilidad. Por otro lado, y acerca de la pregunta de si son asignaturas pendientes, creo que hemos implementado medidas importantes en estos cuatro años, a veces no demasiado visibilizadas. Trabajamos sobre la base de que Tudela es una ciudad complicada por su orografía. No puedes hacer una ciudad llana. Ante eso, en nuestro programa proponemos soluciones inteligentes e, insisto, esta legislatura ha tenido acciones que han respondido a esa necesidad, como el ascensor de la Torre Monreal, del cuál me gustaría recordar que fue una apuesta personal desde el principio y se ha logrado.

Un aspecto que llama la atención de su programa es la voluntad de poner algo de orden en un sector que ha experimentado una especie de boom

También tiene que ver con un turismo sostenible para la ciudad y con que no sea un fenómeno que afecte a las políticas de vivienda. A veces la gentrificación de los barrios, que normalmente es uno de los efectos de la proliferación de apartamentos turísticos, es vista con buenos ojos por su potencial de desarrollo económico. Pero su problema es que convierte esos barrios en insostenibles para la gente que vive ahí. Para nuestra ciudad proponemos, por supuesto, permitir que quien quiera pueda apostar por ese tipo de negocio, porque es una salida laboral y económica más, pero también cuidar que no creemos un abuso en los precios de los alquileres para vivienda y en el propio mercado del alquiler. La administración debe evitar desmadres y no tiene por qué ser con normativas leoninas. Está claro que hay que apostar por el modelo de turismo que nos ha traído crecimiento en estos años, pero también sostener esa demanda turística favoreciendo al pequeño comercio y a la sostenibilidad de la ciudad.

¿Ve reeditable el tripartito de 2015?

Sí, creo que es factible, porque hemos trabajado bien. Si no no estaría aquí. Pero me presento no para sacar un concejal o dos, sino para ganar. Esa vieja idea de tener una presencia en el Ayuntamiento y asegurarnos unos puestos no va conmigo. Es una falacia y no política de verdad. Apostamos porque el proyecto de Podemos sea ganador.

Si se diese el escenario, ¿sería la CUP un socio válido para su formación?

Por mi parte no hay ningún problema en que cualquier fuerza progresista de izquierda y con políticas sociales sobre la mesa entre a formar parte de un gobierno. La CUP es un actor que cabría en esa ecuación. Hay quien identifica a la CUP con aspectos más identitarios o lingüísticos pero quizás, en un proyecto de ciudad, son los aspectos menos importantes. Nosotros mismos estamos dispuestos a sacrificar aspectos de nuestro programa, como lo estuvimos en 2015, si el balance da un proyecto de mejora con mayúsculas.

frases