En un teatro, el gallinero era la parte más alta, en donde se sentaban las gentes más humildes, aquellas que no podían pagar demasiado por ir a ver las obras y que reaccionaban con fervor tanto si les gustaba lo que estaban viendo como si no. Era, lo que se conoce coloquialmente, el lugar del pueblo. Así, mientras la nobleza y la acuciante burguesía iban al teatro a aparentar, a dejarse ver; los campesinos iban a pasárselo bien, tirando tomates si consideraban que lo que pasaba sobre las tablas estaba siendo aburrido o malo y estallando en sonoros aplausos si les gustaba la representación.

Es fácil comprobar entonces quién, a lo largo de la historia, ha disfrutado realmente del teatro y quién simplemente lo consideraba un lugar de cotilleo e intrigas. Por eso, resulta especialmente doloroso ver cómo los teatros y cines locales han ido desapareciendo de las calles de los pueblos, quedando reducidos a grandes edificios en centros comerciales o a las principales avenidas de las grandes ciudades. La cultura no es cultura si no llega a todos. Como antaño, esta no puede quedar en manos de unas clases altas. Debe extenderse entre el pueblo como el derecho que es. Además, debe ser diversa, variada, de calidad. No importa si da o no dinero, porque el dinero no tiene por qué ir ligado a nada bueno. Generalmente, pocas veces lo está. El dinero y la cultura son malos compañeros, sobre todo cuando se intenta sacar un rendimiento en forma de billetes a algo que debería germinar en las mentes, no en las carteras.

Por suerte, el pueblo de Cabanillas tendrá la oportunidad de reencontrarse con el teatro en la que será la quinta edición de El Gallinero, un festival de teatro contemporáneo y alternativo único en Navarra. Detrás del proyecto se encuentran Noemí Rodríguez Santos y Juan Yuste del Valle, integrantes de la compañía Yo nunca jugué con Barbies, que, tal y como hicieran Eduardo Huarte y Federico García Lorca con La Barraca, pretenden “ampliar y dar a conocer la escena de teatro alternativo y contemporáneo en los entornos rurales”. Según explica la propia Noemí, natural de Cabanillas, “el festival, a diferencia de otros, se caracteriza por hacer una convivencia entre las compañías y los habitantes del pueblo y pueblos adyacentes, y de las propias compañías entre sí, creando sinergias casi mágicas”. Para ello, cuentan además con la colaboración del Ayuntamiento de Cabanillas, que permite que las representaciones se realicen en la calle y que sean completamente gratuitas.

Este año, el festival comenzará el día 2 de septiembre con un ágape en la sala cultural, una reunión de bienvenida en la que habrá artistas y ciudadanos y donde todo el mundo está invitado. Posteriormente, la Compañía Vaques dará el pistoletazo de salida con la obra Ye Orbayu, en la plaza del Ayuntamiento. Al día siguiente, el día 3, les tocará subirse al escenario de la misma plaza a El espejo cónico, de la Compañía Ruth Garreta, y a Criaturas Domésticas. Además, Joserra Arredondo, del grupo Ataca Paca, impartirá un taller de teatro y por la noche actuará junto a su grupo en la sala de cultura. El curso estará centrado en el texto y tratará de ayudar a los participantes a “desgranar, comprender desde el cuerpo y accionar desde el alma”. Por su parte, el concierto de Ataca Paca concentrará a una decena de músicos de seis países diferentes en un espectáculo callejero donde “todos cantan, corean, bailan y tocan”. Por último, el día 4 de septiembre, será el turno de Brujas, los cuentos escondidos y de S.L. Sus Labores. Un canto a la mujer rural. O quizás ni tan canto ni tan rural, de la compañía El Yunque Teatro. El primero será en la plaza Donantes, orientado más a los niños, y el segundo en la plaza del Ayuntamiento.

Desde la organización esperan que numerosas personas de la Ribera se acerquen, ya que, según dicen ellos mismos, “no siempre las grandes compañías ni las grandes ciudades tienen que ser las beneficiadas. Apoyemos a nuestros pueblos y a sus pequeñas-grandes ideas”. El Gallinero tratará así de derribar las clases de los teatros y de hacer la cultura accesible a todo el mundo. “En la calle pusimos teatros para que en los teatros haya mucha gente”, concluyen.

PROGRAMA

Viernes 2

  • 20.00. Encuentro-ágape en la sala de cultura. Abierto a todo el mundo.
  • 22.00. Espectáculo de circo rural Ye Orbayu de la compañía Vaques. En la plaza del Ayuntamiento. Recomendado a partir de 8 años.

Sábado 3

  • 12.30. Taller de teatro impartido por Joserra Arredondo. El lugar está por determinar. Recomendado a partir de 14 años.
  • 19.00. Representación de El espejo cónico, dirigida por Ruth Garreta. En la plaza del Ayuntamiento. Recomendada a partir de 12 años.
  • 22.00. Representación de la tragicomedia Criaturas domésticas, dirigida por Lucía Trentini. En la plaza del Ayuntamiento. Recomendada a partir de 14 años.
  • 24.00. Concierto de Ataca Paca, grupo de músicos callejeros con alma de tuna punk, en la sala de cultura. Para todos los públicos. 

Domingo 4

  • 18.30. Representación de Brujas, los cuentos escondidos, dirigida por Olga Zeceva. En la plaza Donantes. Recomendada a partir de 5 años.
  • 21.00. Representación de S.L. Sus Labores. Un canto a la mujer rural. O quizás ni tan canto ni tan rural, de la compañía Yunque Teatro y dirigida por David Bueno. En la plaza del Ayuntamiento. Recomendada a partir de 14 años.