“…y esto, lo hacemos en Navarra”. Con esta frase, suelen concluir un buen número de visitas a empresas, con un sentimiento de orgullo y compromiso por nuestro territorio. El arraigo es algo generalizado en las empresas, por supuesto en aquellas que son familiares o de economía social, porque lo llevan en el ADN, pero indiscutible también en todo tipo de empresas, incluyendo también multinacionales. No obstante, siempre hay alguna excepción, y en esta ocasión se trata de BSH. La manera en que esta multinacional ha gestionado el cierre representa la negación de los valores básicos que toda empresa debe tener.
El contexto económico es de crecimiento económico en Navarra. El PIB aumenta in 2,6% interanual en el último año y el empleo en máximos históricos, según Nastat, 91.800 personas trabajan en la industria al finalizar el primer trimestre de 2025 (hace diez años, eran 64.300 personas). Todas estas empresas ellas tienen nombres y apellidos, desde grandes hasta pequeñas. Algunas de ellas de nuevos nichos de mercado e implantación en Navarra como Hyundai Mobis, Acciona Global Renewables, Beecycle, Renercycle, Energyloop, Hahn Ibérica, o Messer.
Otras inversiones de consolidación, como el propio Volkswagen Navarra, Gestamp, KWD, Ardena, Congelados de Navarra, Elaborados Naturales, Urrizmendi, Ingeteam, Rypples, Los Alecos, Frigoríficos Falcón, Grupo Monbake … otras invirtiendo también en nuevos mercados para Navarra como el aeroespacial, como Aldakin, Anteral, Fuvex, Eosol, Piher, etc.
Literalmente, centenares de proyectos que movilizan más de 3.000 millones de euros de inversión industrial efectiva (no meros anuncios), a los que habría que sumar otros 1.000 millones de euros si sumamos los proyectos de energía renovable autorizados desde 2021. Inversión consolidada, que, según los datos de las empresas, impulsan la creación de más de 5.500 puestos de trabajo.
¿Estamos tranquilos? En absoluto. Los retos y preocupaciones son de calado. Las previsiones de crecimiento de la zona euro, apenas llegan el 0.9%, es decir, casi un 60% menos que nosotros. El Banco Mundial ha situado la tasa de crecimiento mundial en el 2,3%, la más baja desde la crisis financiera de 2008. Además, a nivel industrial Europa está en una encrucijada.
Según la dirección de BSH los argumentos del cierre de la planta de Ezkirotz son por pérdida de competitividad. Esto se debe, entre otros motivos a la pérdida de cuota de mercado por la irrupción de competencia china y por la apuesta hacia un modelo de macrofactorías, es decir, capacidad de producir un mínimo de 4 millones de unidades años, mientras la capacidad máxima de Esquiroz es de apenas 850.000. Hemos trasladado en diferentes ocasiones estos aspectos tanto a Ministerio como a la Comisión Europea.
Si un promotor extranjero desea instalar un parque eólico en los EEUU, el 50% de los componentes de los aerogeneradores deberán ser fabricados en los EEUU. Esta medida, denominada “contenido local” protege en parte a la industria local, y a su cadena de valor. De hecho, Europa es casi el único continente que no la aplica. China, India, Australia, Brasil, Sudáfrica … todos ellos aplican el “contenido local”. La UE debe reaccionar implementando medidas que la Comisión ya ha previsto en el Pacto de Industria Limpia.
Por nuestro lado, desde el Gobierno de Navarra hemos apostado por lo que está en nuestra mano en el marco de la Estrategia S4 apostando por la energía renovable que aporte precios competitivos (en tres años hemos autorizado proyectos que duplican la potencia instalada en renovables), apuesta por la circularidad, digitalización, el impulso del I+d+i y el emprendimiento. Estamos trabajando en medidas fiscales que incentive la inversión en estos aspectos. Y, sobre todo, una mejor gobernanza y una agilización administrativa. Gran parte de todo ello, lo estamos trabajando en el borrador de la Ley Foral de Industria.
No obstante, todo lo anterior. No podemos olvidarnos que todo lo hacemos por y para las personas. En el debate sobre la IA, se suele hablar mucho de ética, y los valores que las “máquinas” pueden trasladar. He preguntado al Chat GPT sobre BSH y me responde lo siguiente “No, no es ético despedir colectivamente a 650 empleados si la empresa no tiene pérdidas económicas, salvo que exista una justificación profunda que respete la dignidad y el futuro de los trabajadores involucrados”.
Efectivamente, la decisión de cierre, y la forma de proceder de la directiva choca contra todos los enunciados de Responsabilidad Social Empresarial, así como los principios ASG (Ambientales, Sociales y Gobernanza) que la propia empresa dice implementar. Así, la propia BSH reconoce en su página web “Las personas son el centro de todo lo que hacemos. “Los empleados comprometidos y satisfechos son la clave del éxito de una empresa. Por eso mantenemos un diálogo constante con todos nuestros empleados” o “nuestros empleados son nuestro mayor activo”.
“El liderazgo también significa escuchar”, reza también BSH. Lo cierto es que los directivos no han escuchado a nadie, ni a su plantilla, ni a ministerio ni a Gobierno de Navarra, que solo pedimos más tiempo, ante un cierre de una planta que no pierde dinero, que ha conseguido liderar proyectos de innovación como las bombas de calor, o que ha conseguido aumentar la eficiencia energética de sus productos con ingenio propio.
Una plantilla comprometida, que se sentía parte de una familia, y que se ve traicionada, hasta el punto de que la notificación llegó por sorpresa y por medio de una carta. Si las personas son “el centro de todo lo que hacemos” y en el caso de muchos de ellos llevan más de 30 años de relación y compromiso con la empresa, ¿se puede permitir que todo ello termine y que toda comunicación se ciña a una carta el 16 de diciembre del 2024 y una videoconferencia el 9 de junio del 2025?
Siento un profundo respeto y admiración por aquellas personas que emprenden, que crean una empresa, por aquellas que con esfuerzo y compromiso sacan adelante sus proyectos, y por aquellas personas trabajadoras que con su esfuerzo diario hacen que todo ello sea posible. Percibo en cada visita o reunión el orgullo de cada uno de ellos o ellas, sean empresas nuevas, startups, pymes consolidadas, familiares, de economía social o multinacionales.
Todos esos proyectos suponen un sueño forjado en realidad, a base de trabajo, esfuerzo y mucho compromiso, en un territorio donde les acompaña el ecosistema y el Gobierno. Todas ellas aportan y contribuyen a que Navarra sea lo que es hoy en día. El fundador de BSH, Robert Bosch dejó escrito que “Siempre he actuado según el principio de que «prefiero perder dinero que la confianza». La integridad de mis promesas, la fe en el valor de mis productos y en mi palabra de honor siempre han tenido para mí una prioridad mayor que las ganancias transitorias”. No puedo estar más de acuerdo.