cINISMO, del latín cynismus; desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o de doctrinas vituperables; imprudencia; obscenidad descarada. No sé con cuál de estas acepciones quedarme a la hora de definir lo que fue el otro día la comparecencia de Barcina ante los medios para valorar el año 2012.

Desvergüenza, desde luego, cuando habla de prevenir los desahucios, y ni ella ni UPN han movido un dedo para evitar esa sangría en estos años, más aún cuando ha tenido que ser UPyD quien ha pedido a la fiscalía investigar sobre Can, la Caja en la que cientos de miles de navarros/as confiaron y tenían sus hipotecas y sus ahorros. Doctrina vituperable, claro que sí, la que ostenta esta presidenta dando bandazos como un boxeador noqueado cuando dice que se amplía el horario de atención en salud a enfermos/as crónicos/as y yo señora -ni la vecina de enfrente ni la madre que la trajo a usted al mundo- lleva esperando los resultados de un ecocardiograma varios meses; y como yo, miles de personas con discapacidades, dependencias y enfermedades diversas. Eso, mientras se pone en jaque a los/as trabajadores/as del Hospital San Juan de Dios de Pamplona, y continúan las prebendas a la sanidad privada que tanto la venera.

Imprudencia, cuando dice que habrá un plan de lucha contra la economía sumergida, y es vox populi que es esta la que sostiene a muchas personas que no tienen acceso a un trabajo remunerado, ni pueden hacer frente a IVAs abultados y demás descalabros fiscales que, ella particularmente y el partido suicida que preside, han apoyado en Madrid; asestando a las clases trabajadoras, autónomos/as y hasta a los/as jubilados/as, de cuyas prestaciones viven familias enteras, una tras otra, auténticas puñaladas traperas.

Obscenidad descarada, cuando habla de una nueva ley de igualdad y de violencia de género en Navarra, siendo durante su presidencia cuando se está produciendo el mayor aniquilamiento de las políticas de igualdad: desaparición del INAI, relegando a las mujeres al plano de colectivo desfavorecido al igual que menores en riesgo de desprotección y personas en exclusión social, borrándonos del mapa al no considerarnos ciudadanas navarras de pleno derecho. Imposición de recortes del 75% para políticas de igualdad municipales, lo que llevará a destrucción de empleo en el ámbito de la igualdad de oportunidades, desaparición por la vía del ordeno y mando de las partidas correspondientes a las asociaciones de víctimas y a la UPNA en sus estudios de género. Total desprecio a la labor del SAM -Servicio de Atención Jurídica a la Mujer- con hachazos del 33%, mientras se dice que hay preocupación por la violencia machista.

Lo dicho, cinismo redomado. Astucia desalmada para seguir aferrada al poder con sus ínclitos/as monaguillos/as. Esto es lo que nos ofrece la señora presidenta que, sin duda, llega a fin de mes en su mansión mientras todavía algún crédulo cae en la trampa de su miserable altivez cainita y su soberbia burgalesa, puesta al servicio de los poderes fácticos y los potentados que llevan gobernando Navarra despóticamente demasiados años, a la vez que la gente llana y honrada se empobrece. Más le valdría convocar elecciones y dejarse de sinsorgadas que no interesan a nadie ya, pero claro, los resultados serían tan demoledores que la idea de volver a la UPNA solo la contemplaría si fuera para cobrar sin trabajar, como en el caso de los famosos 19 días? Pues que conste que la realidad es muy tozuda, y que estar en minoría no tiene marchamo de eternidad, y cuanto más tiempo se ponga por montera la democracia, gobernando sin legitimidad parlamentaria, más dura será la caída.

Fátima Frutos

Escritora