En el siguiente escrito quiero plasmar la realidad de un educador social. Es muy bonito poner por escrito las funciones profesionales de un educador social, pero en realidad es el día a día el que demuestra esta profesión. La principal herramienta con la que cuenta un educador para trabajar es él mismo. Te levantas, te preparas para ir a trabajar con la mejor actitud. Dejas tu hogar y tu familia atendidos. Empieza el turno de trabajo en un centro de menores. Empiezas tu labor con cada uno de estos menores, los cuales son como puzles sin construir y de muchísimas piezas pequeñas. Preguntas a tus compañeros qué tal se han levantado, qué tal están€para prepararte tus armaduras.Durante el turno, te vas dejando la piel para hacer una intervención en la cual tienes que comprender el complejo cerebro de un adolescente en un entorno poco familiar, acompañar en sus necesidades vitales cumpliendo la normativa del centro, duro cuando debes serlo, cariñoso cuando se precisa, afable en las contrariedades, inflexible ante las tomaduras de pelo, entrañable en momentos cálidos y fuerte emocionalmente en todo momento. Y aunque suene fuerte, pero es la realidad, si tu turno acaba sin una agresión física o verbal, ha sido un turno maravilloso.Termina tu turno y tú eres ese puzzle roto de piezas pequeñas que tiene que reconstruirse en cuanto llegues a casa. Cual soldado que viene de la guerra te tapas tus heridas tanto físicas como psíquicas, y te dispones a cuidar de los tuyos y de tu hogar, ya que tienes que seguir con tus valores y la atención de los tuyos. Y al día siguiente, tras reconstruirte, vuelves a levantarte con la mejor de tus actitudes. La plantilla del ARE de Gazólaz vive esto día tras día. Once meses reconstruyendo conductas inadecuadas de estos menores para conseguir su inserción social. Habiendo sufrido un total de 30 agresiones físicas. Y siempre respondiendo ante ello con intervenciones impecables. Sin Fronteras despide a esta plantilla tras su decreto de cierre el 20 de diciembre sin apoyos a la reubicación. Tras ello, sale un equipo de hierro, el cual no tolera cualquier ninguneo por parte del Gobierno de Navarra ni de la Asociación Navarra Sin Fronteras. ¡Respeto y reubicación!