Otro año que se ha marchado. 2021 ha venido cargado de muchas cosas, más malas que buenas, al menos para quien escribe. Seguimos con el covid, desgracias climatológicas y sobre todo aguantando las subidas de precios y a unos políticos que solo miran por sus intereses. Una monarquía que no da explicaciones y sobre todo unos sueldos que rayan la miseria. Por no decir que estamos dejando escapar al futuro de nuestros jóvenes a nivel laboral. El mercado laboral no cumple con sus espectativas. Muchas horas de trabajo y poco sueldo. Mientras, nuestros políticos se llenan los bolsillos y con sus decisiones aprietan el cinturón de muchos. Tampoco sería justo olvidarnos de quienes nos atienden en hospitales, ambulatorios, residencias y lugares de vacunación. Ellos sí merecen una medalla. Poco personal, escaso material y atienden con cariño. Algunos miran hacia arriba y silban, mientras otros intentamos sobrevivir con lo poco que tenemos. Feliz 2022.