ace unas semanas las Asociaciones de Periodistas, Colegios de Periodistas, Reporteros sin Fronteras, la Federación Internacional de Periodistas (FIP) salieron al paso sobre la detención del reportero Pablo González, afincado en el País Vasco y nacido en Rusia, cuando cubría la información de la invasión de Rusia a Ucrania. Fue detenido por las autoridades polacas y la noticia se supo a los cuatro días. Las razones de su detención versan sobre los indicios de espionaje a favor de Rusia. Desde entonces, como apunto, las asociaciones de periodistas mencionadas ya hicieron eco de esta detención y clamaron por la libertad inmediata de Pablo. Sin embargo, sigue detenido.

Tras pedir explicaciones al Gobierno español desde estas asociaciones, tanto la vía diplomática de la embajada española, a través del cónsul en Varsovia, como el Ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno español trasladaron las reclamaciones y las exigencias de la puesta en libertad del reportero Pablo González. Las asociaciones de periodistas, a las que se han sumado periodistas en redes y de distintos medios han pedido el amparo a la libertad de prensa y al derecho a la información, aunque sea en zona de guerra. Hemos exigido la total garantía y seguridad hacia los periodistas y reporteros que realizan su trabajo, y hemos clamado a que la Justicia de derecho se aplique sobre el detenido y, por supuesto, tal y como se ha señalado desde los responsables polacos, si pesa una detención por espionaje, debe esclarecerse cuanto antes estas supuestas acusaciones, y, por lógica, ser demostradas para evitar cualquier duda en la transparencia de su detención. La necesidad del rigor y profesionalidad no está solo en los informadores, comunicadores, periodistas, reporteros, colaboradores o freelances, sino también en las autoridades políticas de un país democrático y de la Comunidad Europea como es Polonia.

No se puede estar sin noticias del detenido, pese a las peticiones del consulado español, las exigencias del lehendakari, del ministro de Exteriores, del conocimiento del presidente Pedro Sánchez y de las quejas de las asociaciones, así como la del propio abogado que exige estar con su cliente. ¿Dónde están las garantías de derecho de un estado europeo?

Finalmente, y por no detallar cada uno de los comunicados, tanto la Asociación Vasca de Periodistas, la FIP, Reporteros sin Fronteras, al igual que la FAPE e incluida esta Asociación que presido, y en connivencia con el Colegio Navarro de Periodistas/Nafarroako Kazetarien Elakartea, estamos a favor de las reivindicaciones que se han dado hacia Pablo y de la incertidumbre de estos días, para la puesta en libertad y, a la vez, poner de manifiesto una vez más el valor de la defensa y la seguridad de estos profesionales en el ejercicio de su labor, y en este caso concreto, de la guerra en Ucrania.

El autor es presidente de la Asociación de Periodistas de Navarra